El conflicto que se vive desde hace varios años en la Reserva de la Biosfera Maya ha empezado a llamar la atención en otros países, por lo que algunos medios han llegado a la profundidad de la selva petenera para conocer de primera mano lo que ocurre en la zona.
El portal de Vice publicó este miércoles el documental “Las ruinas mayas en Guatemala podrían convertirse en una atracción turística financiada por Estados Unidos”, en el que el equipo periodístico indaga la problemática y el conflicto entre Richard Hansen, la comunidad de arqueólogos de Guatemala y las concesiones forestales de la Reserva de la Biosfera Maya.
“Por una lado está Richard Hansen, un arqueólogo estadounidense que ha dedicado gran parte de su vida a El Mirador. Él ha tratado de establecer parte de manejo privado en el área en los últimos 20 años. Este proyecto envolvería la construcción de hoteles, restaurantes, y un minitren en el sitio arqueológico que transportaría a los turistas, tanto dentro como fuera de la jungla y hacia diferentes ruinas”, explica el texto.
Según Hansen, con su propuesta de desarrollo se protegerían la ruinas y la selva de mejor manera de lo que podría hacerlo el Estado de Guatemala.
Por otro lado, están las personas que habitan en la Reserva de la Biosfera Maya bajo el modelo de Concesiones Forestales, el cual permite a la comunidad vivir del bosque a cambio de resguardarlo de la depredación y actividades ilícitas como el narcotráfico.
Este modelo ha permitido la disminución de la deforestación y ha ganado el apoyo de entidades ambientalistas internacionales como la USAID y el Departamento del Interior.
La gente de estas comunidades señalan que si el verdadero interés de Hansen fuese la conservación, él apoyaría el modelo ya establecido en la zona.
Pero Hansen no se da por vencido y quiere que su plan se realice, por lo que se ha acercado al presidente Alejandro Giammattei, quien ha mostrado su interés en la propuesta, además diputados que buscan inversión extranjera apoyan la idea.
Asimismo, el arqueólogo ha logrado el apoyo de cuatro senadores estadounidenses para que apoyen un proyecto de ley que le permitiría manejar 60 millones de dólares, con lo que echaría a andar su propuesta del atractivo turístico dentro de la selva petenera.
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