El número uno del tenis mundial, Novak Djokovic, defenderá el lunes su oportunidad de ser aceptado en territorio australiano y jugar el Abierto de Australia.
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Para ello tendrá que convencer a la Justicia local que pasó el covid en diciembre y que ello le libra de la vacunación obligatoria.
Desde su llegada a Melbourne a la mitad de la semana y la cancelación de su visa de entrada, Djokovic está retenido en un centro migratorio de la ciudad australiana.
La audiencia en el tribunal federal debe comenzar el lunes a las 10:00 locales (23h00 GMT del domingo). Sea cual sea la decisión del tribunal, un recurso de cualquiera de las partes podría aún prolongar la estancia del tenista en el centro de retención, el antiguo Park Hotel, una instalación de cinco pisos que alberga a unos 32 migrantes atrapados en el duro sistema migratorio australiano, algunos durante años.
Nadie puede entrar o salir salvo el personal.
Un puñado de manifestantes se congregó la mañana del domingo en la calle frente al albergue, donde cientos de seguidores de Djokovic, activistas antivacunas y defensores de los migrantes desfilaron un día antes.
El tiempo corre en contra del serbio: con el inicio del Abierto de Australia el 17 de enero, cualquier atraso podría complicar la aspiración del tenista de 34 años de ganar su décima corona en Melbourne y su 21 torneo del Grand Slam, lo que le convertiría en el tenista con más "grandes" de la historia, superando a sus grandes rivales Roger Federer y Rafael Nadal.
El juez Anthony Kelly exigió que la audiencia se celebre el lunes, y rechazó la petición del gobierno de aplazarla al miércoles.
"Quiere la libertad"
La primera ministra serbia, Ana Brnabic, dijo el fin de semana que Serbia respaldó al jugador y que tuvo "conversaciones constructivas" con la ministra australiana de Exteriores, Marise Payne.
"Logramos que recibiera comida libre de gluten, equipo de ejercicio, una computadora", declaró a la televisora serbia Pink.
Este domingo, Djokovic recibió también el apoyo del máximo mandatario de la Iglesia ortodoxa serbia: "Hablaré de aquel que está detenido y que quería su libertad, que quiere su libertad", declaró en un discurso en la capital de los serbios de Bosnia, Banja Luka.
Los abogados de Djokovic presentaron el sábado un documento de 35 páginas en el que argumentaron que la visa fue cancelada erróneamente y que debía ser restituida para que pueda competir.
Señalaron que la prueba PCR de Djokovic, que dio positivo el 16 de diciembre de 2021, cumple con los criterios para eximirlo de la vacuna contra el Covid-19, de acuerdo con las normas australianas.
Pese a este supuesto contagio, Djokovic asistió a dos eventos públicos en Belgrado, sin mascarilla, el mismo día y al día siguiente, según diferentes publicaciones en las redes sociales: una ceremonia en honor de jóvenes tenistas serbios el 17 de diciembre y un acto de presentación de un sello en su honor la vísperas.
Tennis Australia (la Federación Australiana, organizadora del Abierto de Australia), le otorgó una exención para participar en el torneo luego de que su solicitud fue aprobada por dos comités médicos independientes, dijeron sus abogados.
Incomunicado
Sin embargo, el Gobierno australiano insiste en que la prueba de una infección reciente de Covid-19 solo permite otorgar exención a los residentes, no a extranjeros que buscan ingresar al país.
Djokovic "no está vacunado", insistieron este domingo los abogados que defienden los intereses de Australia en un escrito de conclusiones. "Esta solicitud de visado debe ser rechazada", añadió.
Australia aún restringe el ingreso de extranjeros, y quienes reciben autorización deben tener la vacunación completa o contar con una exención médica.
Otra tenista que iba al Open de Australia, la checa Renata Voracova, tuvo su visa cancelada luego de que inicialmente se le permitiera ingresar en territorio australiano y ya ha salido del país.
La federación australiana y su presidente Craig Tiley fueron acusados de haber inducido un error a los tenistas en relación a sus obligaciones de vacunación para entrar en el país.
No obstante, en un video interno divulgado el sábado, Tiley aseguró que la entidad había hecho "todo lo que podía".
Australia aguantó las restricciones para combatir una ola de contagios ligada a la variante Ómicron. Solo en el estado de Victoria, donde está Melbourne, se registraron el domingo 44.155 nuevos casos.