"Bidibidi bom bom", "Como La Flor" y "Amor prohibido": los éxitos de Selena Quintanilla retumbaron en la voz de sus fanáticos, que celebraron la estrella que la reina del “Tex Mex” ganó en el paseo de la fama de Hollywood.
Un millar de personas, que vestían camisetas, gorros y botones, algunos con discos de vinilo de su estrella, se apostaron desde temprano en los alrededores del edificio Capitol Records, su disquera, donde quedará inmortalizado el nombre de la cantante en la estrella número 2 mil 622 de dicho paseo.
Suzette Quintanilla aceptó la estrella en nombre de su hermana.
"Selena dijo 'la meta no es vivir por siempre sino construir algo que dure' y creo que este es un ejemplo perfecto", dijo en la ceremonia, a la que también asistieron el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, y la actriz Eva Longoria.
"Me dio mi identidad, hizo un camino cuando no había uno", dijo Longoria en relación a la atención que ganaron los artistas hispanos con la intérprete, ganadora de un Grammy en 1993.
Garzetti, que habló en español e inglés, condimentó la noche con un discurso más político pidiendo un grito "desde Los Ángeles a Texas y de ahí a Washington DC", la capital estadounidense: "aquí estamos y no nos vamos", en un mensaje hacia el discurso anti-inmigrantes del presidente Donald Trump.
Selena fue reconocida por la atención y el dinero que donó a causas de la comunidad latina.
Después de su muerte, por un disparo de arma de fuego de la presidenta de su club de fans, Yolanda Saldívar, hoy en prisión perpetua, el expresidente estadounidense y entonces gobernador de Texas, George W. Bush, decretó que el día del cumpleaños de la cantante se denominara "Selena Day".
El periodista de la NBC, Tom Brokaw la llamó entonces "la Madonna mexicana" y para muchos hispanos se convirtió en un mito del tamaño de Elvis Presley, Marilyn Monroe o James Dean, otros famosos trágicamente desaparecidos en la cima de su arte.