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El derroche de Jimmy Morales

  • Por Soy502
27 de enero de 2018, 23:14
La SAAS ha despilfarrado el dinero asignado a la Presidencia de Jimmy Morales. (Foto: Jesús Alfonso/Soy502)

La SAAS ha despilfarrado el dinero asignado a la Presidencia de Jimmy Morales. (Foto: Jesús Alfonso/Soy502)

El periodista de Nuestro Diario, Luis Ángel Sas, ha desnudado la voracidad de gastos de la Presidencia de Jimmy Morales. 

El hombre que llegó al poder proclamando no ser “corrupto ni ladrón” ha demostrado ser un manirroto empedernido y un irresponsable con el manejo de los recursos públicos.

En ningún país del mundo sería aceptable que la Presidencia derroche el dinero de los contribuyentes como lo ha hecho Morales sin sonrojarse. 

Es perfectamente entendible que la SAAS incurra en gastos protocolarios y administrativos para Casa Presidencial. Si el mandatario recibe la visita de Embajadores o altos funcionarios de países amigos, si los ministros se quedan a almorzar, si de pronto se convoca a un desayuno con algún sector, es normal que el Estado pague la comida.

¿Pero cuánto puede costar eso? No lo sé, pero los 29 mil ¡al día! que Casa Presidencial gasta en alimentos suenan delirantes. Esa cantidad no denota un apetito pantagruélico por viandas finas (que vaya si no las compran): más huele a saqueo de presupuesto, ya sea porque la SAAS sobrevalora las compras o porque más de alguien arrasa las bodegas o porque pasan las dos cosas.

¿Cuántas comidas le sirven a la “tropa loca” del Presidente? ¿Por qué la SAAS no entrega cuentas detalladas de los gastos en comida?

Si no quieren explicar esas facturas, mucho menos se detienen a justificar los dispendios personales del presidente.

Por ejemplo, según las facturas entregadas a Nuestro Diario, la SAAS le compró a Morales unos anteojos Carolina Herrera de casi 22 mil quetzales. Perdonen, pero ni en la óptica más encopetada del país cuesta eso un par de lentes. Ahí o le compraron anteojos a todos los miopes de la SAAS o inflaron groseramente el precio de los que le dieron a  Jimmy.

Otro exceso: que le compren implementos deportivos al mandatario porque va a jugar al tennis con un embajador. ¿Dónde se ha visto que el Presidente no se pueda comprar ni una pantaloneta?

Esos abusos, y el que cometen con los 29 mil diarios en comida, resultan insolentes en un país donde la mitad de los niños padece desnutrición crónica.

Jimmy Morales es el presidente con el salario más alto de América Latina. Gana 150 mil quetzales al mes y encima, tiene casa y comida gratis para él y su familia.

Es suficiente dinero. Tanto, que al principio del mandato el gamonal Jimmy ofreció donar una parte a obras de caridad. Nadie le pedía eso. El dinero que él gana es suyo y puede gastarlo como quiera, siempre y cuando no viole la ley.

¿Quiere tomar whisky Macallan de tres mil quetzales? Dele. ¿Le gustan los masajes de tres mil? Órale. ¿Va a la joyería C. Santos a comprar collar y aretes de regalo? Solo la Primera Dama tiene boca para alegar ahí.

Pero eso es lo que esperaríamos como mínimo: que compre sus caprichitos con SU dinero, no con el que tributamos. 

Los fondos públicos SÍ están sujetos a fiscalización y escrutinio y NO, no nos parece adecuado que se lo gaste en anteojos de marca, en licores finos y en regalos personales.  Eso es criminal en un país como el nuestro.

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