La Zona Viva, un lugar acostumbrado al bullicio a cualquier hora del día en un sector de la zona 10 capitalina, hoy por hoy está abarrotada del silencio y negocios que empiezan a cerrar temporal o definitivamente, mientras que otros se han adaptado para mantenerse a flote debido a la crisis que ha desatado el Covid-19 en Guatemala.
Recientemente, la corporación Camino Real anunció la suspensión de operaciones. Buena parte de sus hoteles se encuentran en la Zona Viva, pero también ha afectado a las instalaciones en La Antigua Guatemala y en Petén. Para ellos solo es temporal, esperando que en el futuro puedan recuperarse. Sin embargo, para algunos el cierre es definitivo.
Cierra un histórico
En 13 calle de la zona 10, “Cheers Sport Bar”, un negocio que llevaba 30 años en funcionamiento ha decidido poner fin a sus operaciones.
Basado en el famoso bar de la serie estadounidense de los años 80, llamado también “Cheers”, en donde era un lugar de reunión de amigos, cuyo lema era “Where Everybody Knows Your Name” (Donde todo el mundo sabe tu nombre), fue uno de los lugares de moda en los 90´s y la primera década del 2000.
Sin embargo, en los últimos días ha empezado a desalojar el local donde operó por muchos años, además de poner a la venta mobiliario.
Una representante del local relató que el lugar ya presentaba algunas complicaciones, pero que la crisis del coronavirus vino a acelerar el cierre.
Otros negocios cercanos también han cerrado sus puertas y los locales se han puesto en alquiler, pero se estima que pasen varias semanas hasta que alguien abra un nuevo negocio. Mientras otros, esperan las medidas que dispondrá el Gobierno para la primera semana de mayo y tomar sus decisiones.
Cambio repentino
“Recuerdo que marzo iba muy bien en el café, y fue justo el 16, antes de que hablara el presidente sobre la cuarentena, que las calles se quedaron vacías. Fue bastante repentino, casi que de un día para otro se sintió como la ciudad quedó vacía y los negocios cerrados, incluyéndonos. Estuvimos dos semanas totalmente cerrados, pero haciendo envío a domicilio bolsas de café”, cuenta Atenea Kairé, copropietaria de la cafetería “12 Onzas”, ubicada en la zona 10.
“Nos ha tocado hacer cambios en el menú con tal de mantener siempre la frescura, esto ha sido un reto grande. Nuestros baristas y arrendatarios nos han ayudado mucho en este proceso para poder salir a flote, ellos son nuestros aliados estos días, nos han dado facilidad de negociar y poder seguir adelante”, agrega.
A pesar de la crisis, Kairé confía que la situación mejorará en las próximas semanas y mantiene la fe en un mejor futuro.
Cuatro Grados Norte
En la zona 4, Cuatro Grados Norte se convirtió en un área de prosperidad para una diversidad de negocios, pero los restaurantes y cafeterías son los que más resienten el impacto de la falta de consumidores.
“Cambiamos la dinámica del restaurante y algunos de los meseros han cambiado su posición, ahora se han convertido en repartidores de comida. Las personas pueden comprar para llevar”, resalta Marcela Jongezoon, propietaria de “La Esquina”.
Además, resalta que al momento que la situación sea menos crítica y las personas puedan salir a la calle, ya cuentan con un plan de distanciamiento dentro del restaurante en el que habrá espacios para una y dos personas con dos metros entre cada mesa.
La misma medida han tomado en “Adela”, una heladería artesanal que recién abrió nuevamente sus puertas a principios de la última semana de abril.
“Contamos con medidas de distanciamiento, higiene y solo se despacha para llevar. El helado ha tenido mucha aceptación y calma la ansiedad de las personas”, destaca Isabel Jongezoon.
Adaptación
Marta Méndez, de la panadería “Miettes”, explica que desde el inicio de las medidas de distanciamiento, ha tenido que modificar la dinámica del local y apoyar a otros emprendedores para que puedan ayudarse entre ellos.
“Hablamos con algunos de nuestros proveedores para poner a la venta algunos de sus productos. Afortunadamente el pan es parte de la canasta básica de los vecinos y tiene un movimiento considerable, pero sí ha bajado un 20% en su demanda comparado con las ventas antes de la crisis”, comenta Méndez.
Marta y su esposo son los propietarios de “L’Aperó”, una popular pizzería artesanal y que fue el negocio que sufrió el mayor impacto, ya que considera que sus ventas cayeron hasta un 80%.
“Nos resistíamos a hacer envíos a domicilio, pero nos ha tocado a adaptarnos. También ofrecemos kits para que las personas puedan preparar la pizza en su casa y así puedan disfrutarla recién salida del horno”, agrega Méndez.
El Centro Histórico
En el sector de la Sexta Avenida de la zona 1 también se ha reportado el cierre de zapaterías y otros negocios debido a que no pueden continuar con sus operaciones.
A estos negocios se suma “La Tacita de Plata” que anunció que cerró sus puertas debido a la dificultad que afrontan para seguir a flote.
“Amigos, hemos llegado hasta donde nos dieron las fuerzas. Gracias infinitas por sus pedidos, aprovechen últimos días para pedir”, se lee en una publicación en las redes sociales del negocio.
Afecta a economía informal
Vicente Chanchavac lleva 22 años vendiendo flores en la esquina de la 13 calle y avenida Reforma, y relata que con la crisis apenas logra vender algunos ramos para sobrevivir.
“Antes vendía entre 35 y 40 ramos de flores, ahora apenas se vende. No alcanza para vivir, llevo 22 años en este lugar y nunca había visto algo similar. La gente no sale a la calle, así no se puede vender nada”, relata.
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Mientras estos locales cierran o se adaptan, los propietarios están a la espera de las disposiciones del Gobierno. Algunos esperan que la economía se reactive en los próximos meses, pero que se mantenga el distanciamiento.