Aunque no existe una fecha exacta sobre su surgimiento en Guatemala, estos dulces se han convertido a través de los años en parte esencial de las procesiones.
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Si eres de las personas que acude a las procesiones en la ciudad de Guatemala o en Antigua, seguramente has visto a los vendedores de chupetes que acompañan los cortejos ofreciendo sus productos.
Estos dulces artesanales son el deleite de grandes y chicos, sin dejar por un lado la dificultad para quitarles el envoltorio.
El historiador Fernando Urquizú refiere que es aproximadamente en 1906 cuando se tiene referencia de estos dulces en el libro Liber Aureus de 1906.
Según este documento, los dulces son elaborados con un papel en forma de cono y eran de dulce y manía. Por esas fechas se les llamaban cucuruchos a los dulces.
Sin embargo, la similitud de los gorros que portaban los penitentes de Santo Domingo en la procesión del Santo Entierro, se les empezó a llamar también cucuruchos.
Posteriormente, con el paso de los años los artesanos le introdujeron un palo para que fuera mejor su manipulación a la hora de comerlo.
Posteriormente, estos dulces dejarían de llamarse cucuruchos para ser nombrados chupetes, nombre con el que actualmente es más conocido por los guatemaltecos.
