Las autoridades estadounidenses presentaron cargos contra James Bradley Jr., de 60 años, que era el conductor del camión en el que fallecieron 10 inmigrantes ilegales en Estados Unidos, entre ellos el guatemateco Frank Guisseppe Fuentes Gonzales, de 20 años.
Por este suceso, el conductor puede ser condenado a cadena perpetua o pena de muerte.
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Los 39 migrantes fueron encontrados en el parqueo de un supermercado en San Antonio, Texas, durante la madrugada de este domingo
Por lo menos 17 migrantes, incluidos dos menores en edad escolar, se encontraban en estado crítico afectados por la temperatura extrema y la deshidratación.
El conductor alegó que él no sabía que estaba transportando personas hasta que se detuvo en los grandes almacenes para usar el baño y escuchó los ruidos y vio que el vehículo se tambaleaba.
Bradley explicó que él estaba llevando el camión de Iowa a Texas por órdenes de su jefe, e intentó conseguir ayuda cuando encontró a los inmigrantes, pero no llamó al 911, según dice el documento de acusación.
Tres connacionales
Entre los migrantes que se dirigían a Houston, tres viajaban procedentes de Guatemala.
De ellos, Frank Fuentes, de la capital, falleció y su cuerpo será repatriado al país.
Los otros dos connacionales se encuentran estables mientras se recuperan en el hospital.
Se trata de Gaspar Alonzo Alonzo, de 17 años, y oriundo de San Mateo Ixtatán, en Huehuetenango y Delmin Dario López Colomo de 23 años y originario de San Antonio Sacatepéquez, en San Marcos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ya se ha puesto en contacto con los familiares de los tres y además cubrirá el costo de repatriación del cuerpo sin vida de Frank Fuentes.
Un viaje de terror
"La gente empezó a golpear las paredes del camión para llamar la atención del conductor. El conductor nunca se detuvo", de acuerdo a uno de los sobrevivientes, que fue identificado solo como J.M.M-J. "Había un agujero en el camión y nos turnábamos para respirar por ahí". No se sabe aún cuánto tiempo permanecieron allí.
En el camión podrían haber viajado entre 70 y 200 personas, según las declaraciones de testigos que han hecho públicas las autoridades y que están descritas en una acusación presentada ante una corte federal.
El testigo añadió que la persona que los llevó como contrabando dijo que "gente vinculada a los Zetas" estaba ofreciendo protección para el viaje por México y a través de la frontera estadounidense, y que una vez que estuvieran en Estados Unidos él pagaría 5,500 dólares.