El Barcelona goleó y humilló al Espanyol en su casa y se coronó campeón de LaLiga en la jornada 34. Con la diferencia de puntos y los partidos que restan, matemáticamente es imposible alcanzar a los catalanes.
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Era el derby catalán entre el Barcelona y el Espanyol, un duelo que siempre ha significado dificultad para los blaugranas. El Espanyol estaba necesitado de puntos para tratar de salir de la zona de descenso, y el Barcelona necesitaba los puntos para ganar. Finalmente, el marcador quedó 2-4, favorable al equipo Culé.
Con una intensidad esperada, el Espanyol salió con todo, a buscar el marcador y desde los primeros segundos, las amenazas para el Barcelona llegaron con varios intentos para abrir el marcador. Sin embargo, esta alegría para el equipo local duraría muy poco.
A los 6 minutos, Pedri dio el primer aviso tras fallar un disparo frente al arquero. El guardameta, prácticamente vencido observaba cómo el balón se alejaba de la portería, para su fortuna. Pero, el primer gol del equipo culé llegaría al 11.
Tras un magistral pase de Alejandro Baldé, Robert Lewandowski solo tuvo que estirar la pierna para que el balón rebotara en su rodilla, cambiase de dirección y se alojara al fondo de la red.
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El segundo del Barcelona cayó poco después. El Espanyol, forzado a ganar, trataba de concentrar sus filas en el área y pese a que estuvo cerca del empate, fallaron en la definición. Pero, Canté, quien jugó un partido al máximo nivel, fue el anotador del segundo tanto.
En la jugada, Pedri recibe dentro del área y busca un espacio para hacer el centro hasta poner el balón pasado del segundo palo del portero. En ese momento, el defensa pierde la marca y Baldé estira la pierna izquierda para anotar el segundo golpe al Espanyol.
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Aunque aún faltaba mucho partido, el dominio del Barcelona comenzó a pesar sobre el rival y al minuto 40, Lewandowski anotó su doblete en el partido. Tras una carrera de Raphina y un pase milimétrico, el polaco puso el tercero en la cuenta.
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Previo a finalizar el primer tiempo, al 45+1, el Espanyol estuvo cerca de descontar el marcador, pero el portero Ter Stegen hizo una atajada que envió el balón a tiro de esquina.
Sigue la goleada
El inicio de la segunda mitad fue menos intenso. El Espanyol salió con la convicción de que podría remontar el marcador y arrancó con calma, midiendo al rival. El Espanyol está en la posición 19, es el penúltimo equipo en contienda y si lograba un marcador favorable, podría salir de la zona de descenso. Pero, no ocurrió así.
Al minuto 53, la concentración del Espanyol quedó por el suelo tras caer el cuarto gol del encuentro. Frenkie de Jong recibió el balón y realizó un pase largo hacia el centro del área. Jules Kounde se desmarcó y anotó un elegante gol de cabeza que se alojó en el palo del portero.
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El partido redujo su ritmo y el Espanyol aprovechó para asustar al Barcelona. A 74, tras recibir un pase largo desde su cancha, Javi Puado dejó atrás a la defensa y le hizo un globo espectacular al portero alemán para anotar el 1-4.
Inicialmente, el árbitro había marcado un fuera de juego y anuló el gol. El publicó se molestó, pero tras una revisión en el VAR, se rectificó la decisión y el gol quedó.
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A partir de ese momento, el partido cambió por completo. Durante los minutos siguientes hubo más aproximaciones del Espanyol que iba en busca de la remontada milagrosa. Pero, fallaba en la definición. El Barcelona contraatacaba, pero también fallaba en la pinza final. Al minuto 90+2, el Espanyol descontó, pero ya no alcanzó.
El tiempo se consumió rápidamente y el final del partido llegó. El Barcelona venció en casa al Espanyol, se quedó con el derby catalán y obtuvo el título de campeón de LaLiga al sumar 85 puntos. El Real Madrid, el más próximo a los catalanes tiene 71, una diferencia de 14 puntos que ya no puede sortear.
