Más de 20 motores marinos valorados en medio millón de quetzales fueron extraviados por el Gobierno en una finca en Escuintla.
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Era una supervisión normal. Los libros estaban en orden, no se reportaba ninguna anomalía, pero al hacer la revisión física las cosas no concordaban; 27 motores marinos, valorados en unos 540 mil quetzales, habían desaparecido y ninguno de los presentes daba fe de lo sucedido.
Los motores fueron decomisados a narcotraficantes y personas señaladas de corrupción y un juez los puso al resguardo de la Secretaría de Administración de Bienes en Extinción de Dominio (Senabed), quien a su vez los llevó a la Finca Okán, ubicada en Guanagazapa, Escuintla.
Las revisiones se hacían de manera trimestral. El papeleo estaba en orden, no se reportaban faltas de ningún artículo en el lugar, tampoco se informó de visitas o retiros de los bienes. Ninguno de los guardias asignados supo decir qué paso.
La denuncia llegó al diputado Cristian Álvarez, quien inició una investigación de lo sucedido. En varios oficios la Senabed reconoció la pérdida de los motores y explicaron que lo descubrieron en diciembre del año pasado, justo en medio de la pandemia.
Jorge Mario Andrino, director de la Senabed, reconoció el extravío y comentó a Soy502 que desde el primer momento tomaron cartas en el asunto. Los guardias de seguridad fueron destituidos, se presentó una denuncia ante el Ministerio Público (MP) y se hicieron algunos cambios para mejorar la seguridad.
Andrino explicó que los motores estaban resguardados dentro de la Casa Patronal de la Finca y que todos estaban bajo llave, pero pese a que los guardias llevan una bitácora de novedades "no se reportaba ninguna novedad".
"Se presentó la denuncia en el MP y se corrió una audiencia disciplinaria a los guardias y a sus jefes, pero la respuesta fue la misma de todos: Ninguno sabía qué pasó... Todas sus versiones fueron enviadas al MP, pues la denuncia se ha ampliado en dos ocasiones, pero creemos que no se ha avanzado tan rápido como quisiéramos", detalló.
Poca seguridad
Durante una visita realizada por el diputado Álvarez a otra de las bodegas evidenció la falta de personas para resguardar el área. Él sólo encontró a dos guardias que trabajan en turno, lo que consideró inadecuado, debido a la responsabilidad del resguardo de los bienes.
Y lo mismo sucede en Okan, Andrino reconoció que, al momento del extravío de los motores, sólo había nueve guardias que trabajaban en turnos de tres de 8 por 8 horas, pero después de lo sucedido, se incluyó más personas y se hicieron cambios en las estrategias de seguridad, para proteger de una mejor manera los bienes.
Sin embargo, explicó que su principal problema es la falta de recursos que les limita muchas veces el mantenimiento de los bienes, así como la contratación de más personas que ayuden en la seguridad.
Andrino confirmó que tienen poco personal. "El problema es que tenemos un presupuesto de 11 millones de quetzales al año que a duras penas nos alcanza para pagar la planilla. Tenemos poca capacidad de presupuesto", dijo.
La falta de recursos es una limitante para mejorar la seguridad y darle mantenimiento a los bienes incautados y las cosas podrían ponerse peor, ya que el Ministerio de Finanzas Públicas informó al titular de la Senabed que van a tener un recorte de ingresos el próximo año.
"Ahora tenemos 11 millones de quetzales y hemos estado saliendo por los 122 millones de quetzales que se localizaron en las maletas de Antigua Guatemala, ya que por ley debían darlos el 15%, pero para el próximo año ya nos dijeron que nos van a dar sólo 8 millones de quetzales. Con eso no vamos a poder funcionar", se quejó.
En tanto los motores siguen desaparecidos. Nadie sabe aún qué pasó con ellos, lo único que queda es una teoría: "Creemos que fueron los guardias, pero eso es lo que nosotros pensamos, falta a ver qué arroja la investigación del MP", manifestó Andrino.
