Su primer viaje a Guatemala fue amor a primera vista. Para Anna, llegar a la tierra de los 502 fue, en 2017, toda una odisea, pero una experiencia que sin duda no olvidará. Se marchó de regreso a Ucrania, su país de origen. Sin embargo, volvió y esta vez lo hizo con más ánimo, probó más comidas, visitó otros lugares y llegó para quedarse.
Anna, de nacionalidad ucraniana y que se ha vuelto popular en las redes sociales, nos narró cómo fue que se enamoró del país de la eterna primavera, y esta vez hizo un trámite para prorrogar su visa y disfrutar de una estancia más prolongada.
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A sus 25 años, "la ucraniana" piensa en un futuro, vivir permanentemente en el país, aunque es un trámite complicado puesto que debe tener doble nacionalidad o residencia y por ello prefiere prorrogar su visa cada tres meses para disfrutar más de lugares tranquilos como Quetzaltenango y Huehuetenango.
"Si, lo he pensado. Además de dudarlo porque mis padres viven en Ucrania, para mi los trámites son complejos, además en mi país no es permitido tener una doble nacionalidad, pero si fuera un poco más fácil claro que no me lo pensaría para quedarme de forma permanente", explica Anna.
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Para ella el calor de los guatemaltecos es su principal atractivo y aunque en su país no dan la mano o besan en la mejilla a desconocidos, esta actitud de los paisanos 502 ha hecho que Anna se enamore cada vez más de la cultura nacional.
"No es que sea feo, solo no es normal que alguien que no conoces tenga tanta confianza, pero eso me agrada de este país, su gente", agrega.
Anna comenta que extrañaba Guatemala porque en su primer viaje en 2017 conoció amigos y visitó poco el país. De hecho en uno de sus videos explica que los tacos y los amaneceres en Champerico fueron de sus más preciados recuerdos.
La entrevista
La ucraniana comenta que por las redes sociales la reconocen en diferentes lugares y aunque no le hablan, luego le escriben en sus redes sociales algo que la hace sentirse halagada por "el cariño que me demuestran", comenta.
La banda
Anna llegó a Guatemala por invitación de un integrante de la Banda Huellas, un grupo de música cristiana que recorre el país con música religiosa y que es del gusto de muchos jóvenes.
Ella comparte la mayor parte del tiempo con el grupo y en sus ratos libres se dedica a realizar videos que comparte en su canal de YouTube y en su cuenta de Instagram.
En el 2017, Anna contaba con un poco más de 11 mil suscriptores y ahora su canal ya casi alcanza los 30 mil.
