Un agente de la PNC, involucrado en el caso Pitayass, aceptó su culpabilidad y fue condenado a prisión.
EN CONTEXTO: Caso Pitayass: integrantes de estructura enfrentarán proceso penal
Carlos René Aguilar Sánchez, agente de la Policía Nacional Civil, involucrado en el caso Pitayass, aceptó la culpa y fue condenado por un Juzgado.
El policía estuvo involucrado en el caso de trata de personas y decidió acogerse al procedimiento especial de aceptación de cargos, por lo que se declaró culpable para obtener una reducción en la condena.
"El Juzgado de Primera Instancia Penal con Competencia Específica en Delitos de Trata de Personas valoró la evidencia presentada por la Fiscalía contra la Trata de Personas y dictó sentencia condenatoria contra Carlos René Aguilar Sánchez, oficial segundo de la Policía Nacional Civil, por el delito de encubrimiento propio con circunstancias de agravación de la pena", informó el Ministerio Público.
El agente de la PNC fue condenado con 3 años y 10 meses de prisión, y como medida de no repetición le ordenó recibir un curso de concientización del delito de trata de personas. En concepto de reparación digna debe donar el salario mínimo a dos organizaciones y mil quetzales adicionales a otra organización.
Además, el Juzgado le impuso que realice una publicación en el Diario de Centroamérica sobre la prevención del delito de trata de personas.
Ministerio Público logra primera sentencia en "Caso Pitayass" - https://t.co/b4IBXiww7Z pic.twitter.com/O60HFmsN2I
Caso Pitayass
El pasado 29 de julio de 2022, la Fiscalía contra la Trata de personas desarticuló a una estructura dedicada a la trata y explotación sexual de mujeres a través de un negocio llamado Pitayass.
La investigación se inició tras varias denuncias de mujeres que manifestaron haber sido víctimas de explotación sexual en el negocio llamado Club & Hotel Pitayass.
Las pesquisas realizadas por la fiscalía determinaron que se trataba de una estructura criminal dedicada a la explotación sexual de mujeres nacionales, extranjeras y adolescentes, que operaba en la ciudad de Guatemala y Quetzaltenango.
Derivado de la explotación sexual, generaba ingresos que superaban el perfil económico inscrito en el Registro Mercantil y la SAT, ocultando de esta manera la verdadera naturaleza del negocio.
Asimismo, en la investigación se encontró que los negocios se ocultaban en apariencia de discoteca cuando realmente vendían a mujeres para prostitución.
