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Este 16 de octubre se cumplieron 18 años de la mayor tragedia en un estadio en Guatemala. En 1996 se produjo una avalancha humana que dejó 84 muertos y más de 200 heridos, en el previo del partido entre la Selección de Guatemala y Costa Rica, por las eliminatorias rumbo al Mundial de Francia 1998.
Los guatemaltecos recuerdan que aquella fiesta de fútbol llena de banderas, cantos y sonrisas, terminó en el momento en el que hubo un gran movimiento en los graderíos de la General Sur y más tarde lo evidenciaron filas de cuerpos sin vida tendidos en pista la atlética del coloso de la zona 5.
Al principio nadie entendía que pasaba. Uno de los exjugadores de la selección de Costa Rica, y extécnico de Municipal, Javier Delgado, recuerda que volvió la vista hacia la gradería y vió un puñado de gente que se veía más arriba que otra, algo que no era normal. No lograba ver con exactitud lo que ocurría. El Mateo Flores ya tenía 45 mil personas dentro, ya estaba abarrotado pero cientos de personas todavía hacían lo imposible por entrar a la fuerza, se había perdido el control.
Unas personas se paraban sobre otras, hasta aplastar a otras contra el suelo y la malla. Delgado recuerda que comenzaron a tirar zapatos como para llamar la atención. Tenían el pecho y los rostros contra la malla, pedían ayuda porque ya les costaba respirar. Pocos se dieron cuenta de lo que pasaba, pidieron llaves de la puerta de emergencia que daba hacia la gramilla pero nadie daba razón de ellas. Ni el ejército ni los guardianes que cuidaban quisieron actuar para abrir la puerta.
Los Bomberos Voluntarios entonces notaron lo que pasaba, corrieron y abrieron la puerta, pero los encargados del evento la volvieron a cerrar, y por esa decisión minutos después sacaron 83 aficionados sin vida.
Siguen en mal estado
Después de la tragedia del 16 de octubre de 1996 algunas entidades aseguraron pondría atención a las regulaciones en los estadios y las medidas de seguridad. La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), después de la desgracia visitó el lugar, estableció que tan solo el lugar podría reunir a 27 mil 500 personas juntas en un evento. Luego, entre 2013 y 2014 hizo un nuevo informe. Redujo el espacio a 12 mil 519 personas, porque consideran la construcción del sitio no es ni segura ni apta, pues las rampas de emergencia son demasiado empinadas a la hora de una alarma.
La Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, CDAG, está a cargo de los trabajos de mejoras al escenario. La limitación económica ha sido uno de los factores que han hecho lento el proceso.
En 2013 el estadio Nacional fue evaluado y se decidió reducir su aforo hasta que arregle el ancho de las salidas de emergencia, pongan más puertas y mejoren la inclinación de las rampas de seguridad. (Foto: Archivo)
Un tiempo después, el Ministerio de la Defensa también solicitó que se evaluara el estadio del Ejército. La Conred lo hizo en 2012, y también recomendó que no se usaran los graderíos porque no tienen mantenimiento. Según David de León, el portavoz de la institución, el lugar podría ser escenario de otra tragedia si las recomendaciones no se toman.
Lo que más preocupa es que estos sitios son escenario de diversos conciertos. Los estadios de Guatemala en su mayoría se encuentran en situaciones similares. De León dice que el único que cumple con las medidas de seguridad hoy es el estadio Cementos Progreso
