Para los amantes de los perros no hay nada más satisfactorio que llegar a casa y ser recibido afectuosamente por su cachorro que alegremente lame su cara, siendo una de las caricias más esperadas del día.
Sin embargo, estas muestras de cariño animal ponen en riesgo la salud del dueño del can. Según el Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, lamerse es una de las maneras que tienen los perros de comunicarse entre ellos.
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Tu mejor amigo se orienta por el olfato y es posible que encuentre en la cara de su dueño un olor o un sabor familiar que lo reconforta, además de ser una manera de llamar la atención.
Sin embargo, la boca de los perros está llena de bacterias, por lo que cuando su saliva entra en contacto con la boca, nariz u ojos de un humano, este se expone ante el riesgo de contraer una infección, ya que el animal podría contagiarlo con patógenos zoonóticos, aquellos que se transmiten de animales al hombre, como las bacterias Clostridium, E. coli, Salmonella y Campylobacter.
Lo mismo ocurre cuando el cachorro lame tu mano y luego te tocas la cara. El contacto con la piel supone un riesgo bajo ya que ésta no absorbe las bacterias, pero las personas con un sistema inmune vulnerable deberían evitar exponerse a la saliva de estos animales.
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Aunque existe el mito de que la boca de los perros es más limpia que la de los humanos porque aceleran el proceso de curación de sus heridas cuando las lamen, en realidad los cachorros se pasan la vida oliendo heces de cualquier tipo, una razón más que poderosa para evitar los "besos" caninos.
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*Con información de Gizmodo
