En la actualidad, las viviendas tienden a ser cada vez más pequeñas a causa de los precios y de las limitaciones terrenales de las distintas localidades. A la hora de pintar paredes de una casa de estas características hay que elegir con cuidado las tonalidades que se utilizarán, porque dependiendo de esto, se conseguirá una mejor o peor armonía en la vivienda. A continuación te damos algunos consejos para que la elección que se haga sea la correcta:
En primer lugar, se debe tener en cuenta que los colores fríos dan la impresión de aumentar el espacio, mientras que los cálidos ofrecen justo lo contrario, por ello no se aconseja la elección de una tonalidad cálida como color principal de las paredes o techos.
El blanco en la decoración es un color que, además de otorgar elegancia a la vivienda, ofrece la impresión de espacio y armonía, por ello suele usarse muy a menudo. Utilizándolo en techos se consigue elevar la percepción de estos.
Usar el contraste de colores para las estancias pequeñas resulta agradable a la vista y además da sensación de estabilidad. Por ejemplo, al usar como contraste el negro sobre el blanco (paredes y techos en blanco y puertas, ventanas, cortinas, mobiliario, lámparas u objetos de decoración en negro), se consigue mostrar elegancia y orden.
Para la cocina es aconsejable el blanco, a no ser que sea bastante grande. Algo similar ocurre con el baño, a no ser que sea muy luminoso, es recomendable el uso de pintura y mobiliario en blanco. Las habitaciones, por ser espacios para el descanso, requieren que los colores sean armoniosos, como celestes o verdes muy suaves, con el techo en blanco. El mobiliario y los detalles no deben ser pomposos y cuanto menor contraste, mayor será la armonía de las estancias dedicadas al descanso.