Una doctora que acudió como aficionada del Club Deportivo FAS el fin de semana al Estadio Cuscatlán, contó la historia de cómo brincó a la gramilla para ayudar a los heridos de la avalancha.
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La médico Ligia Rivas Soriano de 37 años de edad, narró el momento en que desde las graderías del Estadio Cuscatlán en El Salvador, saltó a la gramilla para ayudar a los heridos de una avalancha donde fallecieron 12 personas.
Rivas Soriano, quien vestía la camisa del Club Deportivo FAS, se la cambió por una del Alianza Fútbol Club para ir a atender a los aficionados de este equipo que permanecían lesionados en la cancha del estadio.
"Cuando vi que había muchas personas heridas, y que los paramédicos corrían y los jugadores cargaban niños, empecé a gritar desde las gradas, donde yo estaba, soy médico, soy médico aquí estoy, puedo ayudar", expresó Rivas.
Además, aseguró que quitarse la camisa del equipo que apoya fue una recomendación de uno de los encargados del equipo de la Alianza.
"El periodista de Alianza, Andrés Orellana, me dijo vengase doctora, venga a ayudar porque hay muchos heridos, en medio de la cancha íbamos caminando cuando me dijo, pero no puede ir así, yo no entendía, y le dije ¿cómo así? me respondió con la camisa del FAS y le pregunté ¿y entonces?, quítese la camisa y le doy la mía, y eso hice", recuerda.
La médica recuerda que mientras se acercaba a la zona donde estaban llevando a los heridos se conmocionó de ver la cantidad de gente herida y fallecidos que habían en la cancha del Cuscatlán.
Su historia se ha hecho viral en redes sociales.
Momentos de tensión
"Cuando comenzó el partido me quedé sorprendida porque había mucho silencio, no sé, escuchaban los bombos de la barra del Alianza y en el graderío había espacios que estaban solos, así que comencé a estar más atenta", explicó la doctora.
Además, añadió que al ver por medio del "zoom" de su cámara de celular, notó que algo no estaba bien.
"Vi que había movimiento en la parte donde entran y salen las personas (en el túnel), pero no entendía qué pasaba; así que comencé a ver haciendo "zoom" con la cámara del celular. Ahí fue cuando vi que venían personas bajando cargadas: hombres quitándose la camisa para darle aire a alguien más, personas desmayándose y se me vino a la mente: hubo una estampida", alertó.
"Me identifiqué con las demás personas que atendieron a los afectados y entre todos nos coordinamos para atender al resto. Me impactó ver a niños asfixiándose. Otro de un joven de 15 años, solo y desorientado (en la cancha). Creo que atendí a unas 25 personas, no sentí el tiempo. La adrenalina de querer auxiliar a los afectados me ganó", añadió.
Finalmente, Rivas salió del estadio horas más tarde y al llegar a su carro, se quebró emocionalmente.
"Tuve que esperar en el graderío, ya que las salidas estaban aglomeradas. Una vez llegué a mi carro: me quebré. Comencé a llorar y no me terminaba de creer que las familias estén de luto por venir a ver un partido. Hasta entonces revisé mi teléfono: vi muchas llamadas perdidas y mensajes de personas preguntando si me encontraba bien", finalizó.