En Guatemala ha comenzado la temporada de vientos fuertes. Para muchos padres de perros surge la pregunta: ¿es recomendable abrigarlos durante el invierno?
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Al dar un par de vueltas en donde vivimos, se puede notar que cada vez más perros lucen una o varias prendas. Chalecos, sudaderas o abrigos de polar, e incluso parkas y cortavientos, la ropa para mascotas ha dejado de ser un lujo inusual. Por el contrario, se ha convertido en un negocio en auge y muy popular.
Según la consultora internacional Euromonitor, se espera que las ventas online de productos para mascotas, como ropa y accesorios, crezcan un 96.2% para 2025, superando los 1,638 millones de dólares. La oferta se ha diversificado, incluyendo desde sombreros hasta zapatos, y marcas de lujo como Dior y Gucci han añadido accesorios para animales a sus catálogos.
Esto plantea la pregunta: ¿es correcto vestir a nuestras mascotas? ¿Cuándo es necesario abrigarlas y cuándo es solo un capricho de sus dueños?
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El uso de abrigos
Existen alrededor de 340 razas de perros en el mundo, a las que se suman innumerables mestizos. Cada raza tiene características únicas y diferentes capacidades para soportar temperaturas altas o bajas.
Los perros presentan cinco características clave que les permiten adaptarse a diversas condiciones climáticas: el tipo de pelaje, su color, el tamaño, la edad y la condición corporal.
Los perros con pelaje grueso y de doble capa. como los siberianos, akitas y boyeros, están mejor equipados para soportar climas fríos.
En comparación con aquellos de pelaje fino y corto, como los galgos y otras razas sin abrigo.
Un pelaje más oscuro retiene mejor el calor en un día templado y soleado que uno más claro, al igual que un perro de mayor tamaño ofrece más protección que uno más pequeño. En cuanto a la edad, "la situación es similar a la de las personas".
¿Se deben de abrigar?
Algunas razas de perros y sus mezclas poseen un pelaje y una capa de grasa que actúan como aislantes térmicos contra el frío. En general, todas las razas pueden resistir bien hasta unos 7°C. Sin embargo, a medida que las temperaturas bajan de este umbral, la resistencia varía según las características mencionadas. Cuando el termómetro desciende a -4°C o menos, el riesgo de congelación aumenta para casi cualquier animal.
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Un perro que vive en un ambiente constantemente calefaccionado "puede perder su capacidad para tolerar las bajas temperaturas". Esto no implica que sea mejor que vivan en el exterior, ya que también pueden verse afectados por el frío extremo. Sin embargo, es importante estar atentos a esos cambios bruscos de temperatura.
Importante:
Si vas a pasear con tu perro, su temperatura corporal aumentará debido al ejercicio, por lo que el abrigo puede no ser necesario e incluso resultar incómodo, especialmente en comparación con cuando el perro está en reposo.
No debes vestir a tu perro a menos que realmente notes señales de que tienen frío.
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*Con información de La Tercera
