Hace algunos años en Dinamarca un hombre decidió mandar hacer un pulpo para su hijo que había nacido prematuro y así tuviera compañía dentro de la incubadora. Además los tentáculos del pulpo de lana simulaban el cordón umbilical de la madre en el vientre.
La guatemalteca Andrea Ostrowiak se enteró de esta historia y quiso ayudar a los niños de los hospitales públicos con esta misma ideología. Pulpitos por amor es el nombre de la campaña que esta mujer realiza para ayudar a los niños prematuros del hospital Roosevelt.
Según el sanatorio El Pilar, se considera prematuro el bebé que nace antes de las 37 semanas de gestación. Antes, un caso de nacimiento prematuro era una causa importante de muerte infantil. Se desconocía qué cuidados necesitaban los bebés nacidos en estas circunstancias, y las técnicas médicas eran escasas. Sin embargo, ahora la supervivencia de los bebés prematuros es cada vez mayor.
Uno de los problemas más frecuentes que se presentan es la inmadurez de órganos y sistemas que le impiden, por ejemplo; el control normal de la temperatura corporal, la función pulmonar, la nutrición, o la eliminación de los productos de desecho, lo que condiciona la supervivencia del niño, entre otra serie de dificultades, que dependiendo el caso se pueden dar.
Antes del alta, es necesario que el pretérmino sea capaz de tomar toda la alimentación por vía oral (por biberón o lactancia materna). Debe haber aumentado de peso y tener una temperatura estable.
¿Cómo ayudan los pulpos?
Su función es calmarlos al ofrecerles sus tentáculos como un punto de agarre, algo parecido a lo que se encontrarían dentro del útero materno si no hubieran salido antes de tiempo. Además se ha probado que con esto los niños se recuperan más rápido.
“Otro de los beneficios de los pulpos de lana es que los pequeños no tienen tentación de tocar los cables y tubos que tienen para respirar y alimentarse”, dice Andrea.
Estos pulpo están hechos bajo los estándares de la ICU de Estados Unidos por lo que son perfectos para bebés prematuros y recién nacidos además que pueden ser esterilizados.
Cada pulpo tiene un precio de Q125 y por cada 2 vendidos se dona uno al área de neonatología del Roosevelt.