La primera vez que vi el término “mooc” fue el año pasado cuando tomé el curso en línea “A crash course on Creativity” en Stanford (mira el curso aquí). Entonces tuve miles—sí, leíste bien—miles de compañeros en línea que junto conmigo aprendieron algunas técnicas con Tina Seelig para estimular la creatividad.
¿Mooc?
Por sus siglas en inglés “mooc” quiere decir massive open online course. No se trata del típico curso ni presencial ni virtual porque incluso estos últimos no eran masivos sino hasta en épocas recientes. Requiere de mucha autodisciplina y auto motivación.
Imagina que solo en los cursos de otoño de 2011 en Udacity, uno de los sitios que ofrece moocs, la relación de alumnos-profesor fue de 150,000 a 1, según el New York Times.
Por lo general la dinámica involucra tener un programa de curso, varias sesiones magistrales en video, tareas individuales o en grupo y en ocasiones uno que otro test. Son gratuitos, abiertos y ofrecen la posibilidad de un certificado o diploma que acredita la participación.
La mayoría vienen en inglés aunque en ocasiones el Tecnológico de Monterrey o la Universidad Autónoma de México brindan cursos en español en plataformas como Coursera. Khan Academy, de hecho, recién estrenó toda su plataforma traducida al español, lo que constituye una ventaja adicional.
Un plus es que muchos de los profesores involucrados son de universidades de alto prestigio mundial. Las mismas instituciones educativas en línea también están elevando el nivel de preparación de sus profesores. Tal es el caso de Udacity, que se jacta de rechazar hasta el 98 por ciento de los profesores que aspiran a enseñar en su plataforma, básicamente porque sus destrezas para enseñar no son suficientemente buenas.
El segundo mooc que tomé fue sobre visualización de datos con Alberto Cairo en la Knight Foundation. Ahí también tuve miles de compañeros virtuales. Aunque cada día se diversifican más los tópicos disponibles es innegable que los moocs han crecido como una herramienta más popular para aprender sobre matemática, física o programación.
Manos a la obra
¿Qué se necesita para iniciar? Principalmente tener muchas ganas de aprender. Luego contar con una conexión a internet doméstica o móvil que le permita conectarse por períodos sostenidos, ser bilingüe (inglés-español) y un conocimiento promedio de herramientas digitales para producir textos, presentaciones, quizás videos o audios.
Algunos lugares usuales para acceder a moocs son Coursera, edX (un emprendimiento entre las universidades de Harvard y MIT), Stanford University, y Khan Academy, entre otros. En Guatemala la Universidad Galileo ofrece moocs para aprender a programar (mira aquí).
Muchos apuestan que los moocs son el futuro de la educación superior ¿tú que opinas?