Existen varios mitos y verdades sobre las diferencias entre el pan blanco y el pan integral. Pero es un hecho que uno de los dos es más saludable para el organismo.
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Con el paso de los años, los supermercados tienen a disposición más variedad de alimentos que se adaptan a las diversas dietas de los consumidores.
Uno de los debates que desde tiempo atrás viene generándose en cuanto alimentos es sobre el pan blanco y el pan integral. Muchas personas tienen la idea de que uno puede ser "más sano" que el otro.
Y justamente así es, pues está comprobado que el pan integral es más saludable, pero pocas personas conocen los motivos que hay detrás de ello.
Comenzando por que el pan en general se constituye de tres partes tras ser horneado: salvado, germen y almidón. El pan integral conserva los primeros dos componentes, de ahí que tenga color marrón.
Esto permite que los nutrientes más valiosos de la semilla de trigo continúen en el alimento, a diferencia del pan blanco que solo se compone de almidón.
Otra característica que hace al pan integral más sano es que mantiene un alto contenido en fibra, lo que facilita la producción de heces y desecho de alimentos con mayor rapidez del tracto intestinal.
En conclusión, la opción más recomendable es un producto que esté hecho a base de harina integral, elaborado a partir de granos enteros. De esa forma, tenemos la certeza de que se consume una masa con más fibras, vitaminas y nutrientes enteros.
