Carros, juegos, comida y paseos en automóviles Ferrari fueron parte de la celebración que disfrutaron 10 niños de la fundación Erick Quiroa.
Los pequeños acompañados de sus familiares recibieron la invitación de Andrés Morales, organizador de la velada y llegaron al restaurante Il Cavallino en Distrito Moda de Paseo Cayalá.
La mirada de los niños brilló al entrar en este lugar. Una pista de competencias, un simulador de carreras y juegos tradicionales esperaban por los invitados especiales que apenas si estuvieron algunos minutos sentados.
Mientras se preparaba la comida que habían ordenado, los chicos recorrían el lugar y admiraban los artículos sobre Ferrari como trajes de competencia, cascos de protección y fotografías.
“Me siento muy orgullosa y contenta de estar con mis amigos aquí y disfrutar de esta hermosa noche. No nos esperábamos que nos trataran así”, comentó Verónica Paola, una de las invitadas a esta actividad.
Al ser una de las mayores de los chicos, ella disfrutó el paseo en uno de los carros Ferrari que llevó a los niños por un recorrido por las calles aledañas a Cayalá.
Su deseo
Verónica Paola sabía que debía gozar cada minuto de esta velada ya que no pasará la Navidad junto a su familia en casa.
“Me gustaría pasar esta noche con mi familia, pero debo quedarme en la fundación para que ellos nos cuiden a mí y a mis amigos. Yo espero que los demás niños puedan disfrutan a su familia y que pasen una linda Noche Buena”, detalló.
Infancia inquieta
Por su lado, el pequeño Elvy era el más inquieto de los varones. Fue el primero de adueñarse de un simulador de carreras en el que las personas tienen la oportunidad de participar de una carrera frente a tres pantallas que dan la apariencia de una pista de carreras.
“Me gusta mucho esto, es muy divertido”, fueron sus cortas pero emotivas palabras ya que estaba impaciente por probar el simulador y el resto de juegos que había en el lugar.
El niño dijo ser originario de Honduras y tener cuatro años, pero su energía demostraba que esa noche no iba a terminar tan pronto.
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Finalmente, los 10 niños invitados se subieron a dos carros Ferrari y recorrieron parte de la ciudad mientras sus familiares agradecieron este gesto, ya que pasan muchas horas en tratamiento para tratar de vencer el cáncer que los afecta, pero esperan que algún día todo vuelva a la normalidad en su hogares.