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Romina, la niña que caminaba tres kilómetros para conectarse a clases virtuales

  • Con información de Infobae
28 de septiembre de 2020, 08:22
La historia de la niña conmovió a muchos, quienes lograron llevar la conectividad de internet cerca de su casa. (Foto: Infobae)

La historia de la niña conmovió a muchos, quienes lograron llevar la conectividad de internet cerca de su casa. (Foto: Infobae)

Romina Oviedo, una niña de 11 años, salía casi todos los días de su casa en una comunidad rural de Córdoba, en Argentina, para encontrar la señal de internet, recibir y enviar sus tareas.

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Romina Oviedo vive junto con su familia en una comunidad rural que está a 15 kilómetros de su escuela, pero debido a la pandemia tuvo que quedarse en casa y buscar el mecanismo para continuar con sus estudios.

Desde marzo, la maestra Sandra, que atiende desde primero a sexto grado de primaria, ha utilizado WhatsApp para el envío de las guías y la recepción de las tareas de los chicos.

Romina es la primera que se conecta a las clases virtuales, la conozco desde pequeña y he seguido de cerca su evolución, conozco sus habilidades, es muy inteligente y resolutiva”, cuenta la maestra al portal de noticias Infobae.

Sin embargo, la docente no sabía lo que hacía la estudiante para conectarse. Un día escuchó a la madre de la niña decirle: “Apúrate Romi, que tenemos que volver a casa a preparar el almuerzo”, la maestra le preguntó en dónde estaban y la pequeña le dijo que en la montaña. Sandra no lo creía y le pidió que le enviara una foto y así pudo darse cuenta que la niña caminaba varios kilómetros para estar presente en sus clases.

La maestra pidió autorización a la madre para compartir la foto y contar la historia a las autoridades. Esta se hizo viral al punto que un grupo de proveedores de internet independiente quiso apoyar a la niña para continuar con sus estudios en casa.

La chica ha demostrado que es una de las más aplicadas de su grado, según contó su maestra.
La chica ha demostrado que es una de las más aplicadas de su grado, según contó su maestra.

Los especialistas tardaron cuatro días trasladando todas las herramientas necesarias. Fue un viaje de cuatro horas, de las cuales dos son por rutas de terracería. Pero lo hicieron. Y el esfuerzo valió la pena.

Con la conexión en casa, Romina estudia con agilidad. “Todo es más fácil, puedo llamar por videollamada a Sandra y lo que no sé ahora lo busco en Google, cosa que antes no podía”, dice la pequeña alumna.

Claudia, la madre de Romina, no terminó la primaria, por lo tanto, ayudar a su hija con los textos y encargos escolares se le hacia casi imposible. “Estamos felices con la solidaridad de la gente, nos cambió la vida. Ahora Romi hace la tarea desde la cocina mientras yo me encargo de la casa”, relata su madre.

Romina se siente agradecida por el gesto para ayudarla a continuar con sus estudios desde casa.
Romina se siente agradecida por el gesto para ayudarla a continuar con sus estudios desde casa.

La escuela Leopoldo Lugones, donde estudia Romina, a pesar de estar en una zona algo aislada, tiene Internet, clases de música, inglés y formación completa. La cuarentena puso en evidencia la brecha de conectividad que viven miles de chicos en el país.

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* Con información de Infobae

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