La ciencia ha logrado avances sorprendentes y uno de ellos nos ha permitido conocer cómo eran realmente algunas de las figuras históricas del planeta.
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Sin duda alguna, las reinas Nefertiti y Cleopatra han cautivado durante años a los eruditos de la historia, no sólo por ser mujeres, sino por el gran poder que llegaron a tener en su época, pero ¿cómo eran en realidad?
Con la ayuda de la tecnología moderna se ha permitido recrear las apariencias de varias figuras históricas. Para ello se ha utilizado impresión CGi y 3D, pero también ha habido diseñadores como Becca Saladin que han dedicado parte de su vida para traer al presente a las figuras del pasado.
Nefertiti
Nació en el año 1370 antes de Cristo. Se casó con el faraón Akenatón y fue la Reina de Egipto. Su imagen ha trascendido gracias al busto que realizó de ella el escultor Tutmose, el cual se encuentra resguardado en el Museo de Berlín.
La diseñadora gráfica estadounidense Becca Saladin trató de recrear su rostro y el resultado fue sorprendente, debido a la belleza de la famosa reina.
Nerón
Nerón Claudio César Augusto Germánico asumió el poder como emperador del Imperio romano a los 17 años, en octubre de 54 hasta su muerte en el año 68 antes de Cristo, y su reinado marcó el final de la dinastía Julio-Claudia.
Estaba obsesionado por las conspiraciones en su contra, por lo que persiguió a numerosos integrantes de la nobleza romana y los acusó de traición. Artistas españoles recrearon un rostro elaborando un busto que captura con precisión cómo se vería en esa época.
Cleopatra
Fue la última gobernante de la dinastía Ptolemaica de Egipto. Fue diplomática, comandante, naval, escritora de tratados médicos y lingüista. Tenía 18 años cuando ascendió al trono con su hermano Ptolomeo XIII.
Según las investigaciones realizadas, era una experta en relaciones románticas y alianzas con otros líderes. Artistas de 3D realizaron un busto para conocer su belleza y se basaron en retratos y esculturas para conocer su apariencia.
Tutankamón
Gobernó Egipto desde 1334 hasta 1323 antes de Cristo. Su tumba fue descubierta en 1922 por el arqueólogo Howard Carter y se cree que había estado sellada durante más de 3,200 años.
Sus restos momificados han sido ampliamente estudiados al extremo que con análisis de ADN descubrieron que Tutankamón padecía de malaria, trastornos óseos, pie zambo y tenía una pierna rota infectada. Era alto y frágil, por lo que se cree que es la razón por la que siempre lo interpretan sentado.
