James Rodríguez, quien fue cedido al Bayern Múnich, y Lionel Messi, del FC Barceona, tienen una historia en común: ambos se sometieron de niños a un tratamiento hormonal para crecer. En el caso del crack argentino, fue el club catalán quien corrió con los gastos; y en el del colombiano, el Envigado FC se hizo cargo.
Con la llegada del centrocampista cafetero a Múnich, el diario alemán Bild hizo eco de una información aparecida en Colombia en 2014 a raíz de la publicación del libro James, su vida, obra del periodista Nelson Fredy Padilla.
Un capítulo dedicado al tema
En uno de los capítulos, el autor habla de cómo el futbolista reveló sobe el tratamiento hormonal que le financió el Envigado FC para que creciera, ya que él no lo hacía en los estándares necesarios y el promedio genético de la familia tampoco daba. "Entonces le metieron un montón de plata a un tratamiento muscular, gimnasio y hormonas hasta que creció a 1.80 metros de estatura”, se lee en el libro.
Sin embargo, otras fuentes aseguran que quien pagó el tratamiento de James fue en realidad Gustavo Upegui, un ya fallecido exsocio y amigo personal de Pablo Escobar, famoso narcotraficante y jefe de la oficina de Envigado, la mayor organización de sicariato del mundo.
James fue uno de los talentos elegidos para la operación, junto a sus paisanos Fredy Guarín, Juan Fernando Quintero y Dorlan Pabón.
Rodríguez cautivó especialmente a Don Gustavo, como lo llamaban, al verle marcar dos goles olímpicos en la final de "Pony fútbol" (sub-11 y sub-12) en el estadio Atanasio Girardot de Medellín en 2003, cuando James tenía 11 años.
Upegui ofreció pagar por el tratamiento a la familia, que de inmediato aceptó, ya que recibió apoyo para vivir en un bonito apartamento y fue acomodada en un mejor trabajo del que tenía.
James fue a préstamo al Independiente de Medellín para luego volver al Envigado.
*Con información de Mundo Deportivo