Una boda dejó de ser un evento tradicional. Ahora, las parejas buscan que se convierta en una experiencia especial para ellos y sus invitados, siendo Guatemala el destino ideal para los extranjeros por sus monumentos históricos e impresionantes escenarios naturales.
En 2017, en el país se realizaron 350 bodas de extranjeros y para este año se tienen programadas 450, según información del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), que este viernes presentó la segunda edición de “Guatemala Romántica”, programa con el que busca promover y fortalecer al país como destino turístico para bodas.
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Según datos de la Asociación Internacional de Profesionales en Bodas de Destino (IADWP por sus siglas en inglés), la tendencia de esta industria refleja un gasto de 20 mil dólares por boda, además de un promedio de 17 mil dólares en hospedaje para una media de 44 invitados, lo que significa una derrama económica de 37 mil 600 (unos 281 mil 248 quetzales) por evento.
Los escenarios preferidos en Guatemala por la versatilidad de locaciones y escenarios perfectos para que las celebraciones sean inolvidables son: Antigua Guatemala, Atitlán, Petén, las playas del Pacífico y Atlántico.
Asimismo, la Asociación destaca que los principales orígenes de las parejas que realizan bodas de destino internacionales en Latinoamérica y el Caribe son: Estados Unidos y Canadá, que representan el 75% y el 13% respectivamente, y el restante 12% se diluye en varios países.
Según Kitzia Morales, cofundadora de la IADWP, en Estados Unidos se realizan 2 millones 400 mil bodas al año y alrededor de 450 mil en Canadá, de las que aproximadamente 400 mil se realizan en un país distinto, lo que representa una enorme oportunidad para esta industria en Guatemala.
Un 24% de las bodas de estos dos países son de destino que tienen lugar en regiones distintas a donde residen las parejas, por lo que son atemporales. “Los novios no quieren casarse en su región en temporada de invierno y buscan lugares más cálidos, además que una boda en sus respectivos países les representa un enorme gasto” agrega Morales.
La experta agrega que las bodas de destino van mucho con las nuevas generaciones. "Los millennials tienen un pensamiento distinto en donde la boda no es una boda. Es una experiencia. Ha cambiado tanto el pensamiento de los novios", dice.
"En 2008 jamás hubiera pensado que Guatemala fuera a ser un jugador tan importante en el mercado de bodas. En ese entonces, las parejas buscaban sol y playa a donde invitaban a pocas personas, eran muy pequeñas y todas eran iguales: llegaban al hotel, hacían la recepción y se hacían fotos frente al atardecer. Así eran todas”, dice Morales.
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"Las nuevas parejas buscan experiencias personalizadas en lugares que sus familias e invitados no descubrirían por su propia cuenta. Quieren utilizar la cultura local, siendo en donde Guatemala se inserta a ser jugador en el mercado internacional de bodas de destino", agrega la experta.
