Miles y miles de nicaragüenses llenaron este sábado las calles de Managua para pedir paz y que se haga justicia tras las violentas protestas antigubernamentales que dejaron al menos 43 muertos en este país centroamericano.
La manifestación, que partió desde distintos puntos de la capital, fue convocada por la iglesia católica y finalizó con una gran homilía al aire libre en la que los obispos dieron un plazo de un mes para que se llegue a acuerdos en el marco del diálogo nacional convocado por el gobierno de Daniel Ortega y del que serán mediadores.
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En paralelo, este mismo sábado estudiantes universitarios exigieron la creación de una comisión independiente para investigar la represión de las protestas contra una reforma al sistema de seguridad social que finalmente fue retirada por el gobierno.
Al cierre de una manifestación llena de rezos, cánticos y críticas al manejo de las recientes protestas, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes dijo que la iglesia católica pedirá al gobierno discutir los problemas de "justicia y libertad" que plantean los nicaragüenses.
Brenes dijo que la Conferencia Episcopal aceptó mediar en un diálogo propuesto por Ortega, pero estableció un plazo de un mes para evaluar "si existe un compromiso real de cumplir los acuerdos" que se adopten en ese proceso.
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"Si vemos que no se están dando esos pasos haríamos un alto y le diremos al pueblo de Dios que así no podemos seguir y que no se pudo", advirtió el prelado ante miles de nicaragüenses que pedían a gritos castigar a los culpables de las muertes ocurridas en las protestas.
"¡No eran delincuentes, eran estudiantes!" coreaba la gente, al tiempo que clamaban la renuncia de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo. "¡Que se vayan!".
Entre miles de estudiantes, ancianos y campesinos, Rosa Herrera, de 65 años aseguró en la manifestación: "Se nos acabó el miedo, queremos una Nicaragua libre".
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