Lejos de Washington por una noche, Donald Trump se jactó este viernes de un país "justo y excepcional", en el majestuoso entorno del Monte Rushmore, pese a los alarmantes récords de contagios de Covid-19 registrados en ese país.
Trump se hizo presente en un espectáculo de fuegos artificiales en la víspera de la fiesta nacional del 4 de julio para dar un discurso ante el monte de granito, donde están esculpidos los rostros de cuatro de sus predecesores históricos, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
El presidente estadounidense se refirió con fascinación a este lugar, esculpido entre 1927 y 1941 en la cadena montañosa de Black Hills. En 2017, incluso llegó a evocar -en broma-, la idea de que su rostro sea incluido en la piedra.
En pleno debate sobre los símbolos del país, a raíz de multitudinarias protestas contra el racismo y la violencia policial, el presidente denunció "una campaña destinada a borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes y suprimir nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos".
Breve alusión a la pandemia
A la pandemia por el Covid-19, Trump le dedicó una breve mención al referirse al resurgimiento de los contagios en el sur y el oeste, que "pone en riesgo a todo el país", en palabras de Anthony Fauci, experto asesor de la Casa Blanca.
Unos minutos antes de la llegada del Air Force One, datos de la Universidad Johns Hopkins mostraron que el país había registrado el viernes 57,683 nuevas infecciones de coronavirus en 24 horas.
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Si se sigue la trayectoria actual, Fauci advirtió que el país podría llegar a un nivel de 100,000 nuevos casos diarios, y varios estados que habían empezado un desconfinamiento, echaron marcha atrás y cerraron playas y bares, entre otras medidas.
Incluso la novia del hijo mayor del gobernante, Donald Trump Junior, dio positivo a la prueba de Covid-19, según el diario The New York Times, que aseguró que Kimberly Guilfoyle, una de las principales responsables del financiamiento de la campaña de Trump, ha sido aislada.
"No va a haber distanciamiento"
Trump tuvo una recepción calurosa en Dakota del Sur, un estado poco poblado que, en 2016, votó un 60% a su favor.
Allí, la gobernadora, Kristi Noem, se sumó con entusiasmo al evento. "Dijimos a los que tienen aprehensión que se pueden quedar en casa", declaró Noem, a la cadena Fox News.
Randy Seiler, líder demócrata en Dakota del Sur, manifestó en cambio su oposición a estas festividades.
En declaraciones a CNN, dijo que son ofensivas para los nativos indígenas de la zona, que consideran a esa tierra como sagrada, que los fuegos artificiales representan un riesgo de incendio y que el peligro de contagio del coronavirus es real. "Es una invitación al desastre", sostuvo Seiler.
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