Mapa del Narcomenudeo: Soy502 acompañó a un consumidor para verificar qué tan fácil puede ser adquirir drogas en la ciudad. Esta es la segunda parte de nuestro reportaje.
EN CONTEXTO: Mapa del Narcomenudeo: así de fácil es conseguir drogas en la Ciudad de Guatemala
Comprar drogas en la zona 1 no fue difícil. Un equipo de Soy502 acompañó a una persona a realizar compra de estupefacientes y, tras caminar por varios lugares del Centro Histórico, nuestro acompañante obtuvo una cápsula de cocaína, una cápsula con crack y una onza de marihuana.
En total, por lo adquirido pagó 160 quetzales, lo que serviría para drogarse durante unas tres a cinco horas, eso dependiendo del metabolismo y del estado de ánimo de la persona , explicó nuestro acompañante anónimo.
"Si usás la cocaína cuando estás consumiendo licor y lo que querés es seguir bebiendo, una cápsula te reduce la borrachera en un 50%. Lo mismo ocurre con el crack, pero el efecto es más rápido y dura menos. El problema es que es más adictivo", dijo uno de los entrevistados.
Hablando de fiestas, el equipo de Soy502 y el acompañante decidieron realizar la misma prueba, pero ahora en la zona 10 de la Ciudad de Guatemala: la Zona Viva.
¿Será igual de fácil o habrá más dificultades? Esta es la narración de lo que descubrimos:
Era un miércoles por la noche y pensamos que todo estaría apagado. No fue así. Aunque la cantidad de personas en el lugar era mínima, comparado con un viernes o sábado, había clientes cenando y compartiendo en los diferentes bares y restaurantes.
Nos acercamos a uno de los "chicleros" para preguntar dónde podíamos comprar y sin pensarlo mucho nos dirigió hacia los meseros que se encuentran afuera de los comercios y restaurantes.
"Hablate con los meseros. Ellos les venden rápido. Yo he visto que ellos son los encargados de ese rollo y les consiguen lo que quieran", subrayó el vendedor de dulces.
El lugar estaba lleno de meseros vestidos de negro. No sabíamos si teníamos que ir con uno en particular, así que escogimos al azar y ¡oh sorpresa!, no tuvimos que preguntar más, otra vez, las drogas estaban a nuestra disposición, fácil y rápido.
Acompañante: "Buena noche. Fíjese que nosotros andamos buscando algo fuertecito"
Mesero: "Cuénteme ¿Qué es lo que andan necesitando?"
Acompañante: "Coca ¿saben si venden por acá?"
Mesero: "Sí, claro que sí"
Eso sí, el precio prácticamente se triplicó. La misma cápsula por la que se pagó 65 quetzales en la zona 1, la ofrecieron a 250. En tanto, los colmillos, que son más grandes, los puso a un precio de 350.
Lo más curioso es que se pudo “regatear” y el precio bajó a 150 quetzales. Aunque después el mesero pidió propina: “Lo que sea su voluntad”, dijo; así que le dieron 20 quetzales más.
La compra fue un poco más tardada. El mesero pidió el dinero y dijo que iría “a la discoteca”. Después de moverse entre varios comercios, finalmente nos indicó que ya se la habían llevado.
Se movió hacia la calle principal y luego apareció con la cápsula y nos la entregó.
Durante el tiempo de espera, los ojos de sus compañeros estaban puestos en nosotros. Además, pasó una patrulla motorizada de la PNC, pero ni se percató de lo que estaba ocurriendo.
El director General Adjunto de la PNC, Helver Beltetón, confirmó a Soy502 que, de acuerdo con sus investigaciones, la venta de drogas en zonas exclusivas (10, 14 o 15) se realiza principalmente en los ingresos a los centros nocturnos.
“Tal vez no es tanto adentro o en las residencias, sino que los vendedores se colocan afuera de los centros nocturnos para vender algún tipo de sustancias”, manifestó Beltetón, pero reconoció que desconocían que los meseros estaban vendiendo los ilícitos.
Se le preguntó al mesero por otro tipo de drogas como ácidos, crack y marihuana, pero aseguró que en la Zona Viva solo se consigue cocaína. Sin embargo, dijo que los ácidos (o drogas sintéticas como el LSD o Kool AID) únicamente se podrían conseguir en un sector de la zona 4, conocido como “El Triángulo”, cercano a un club nocturno muy reconocido.
Notamos que la cápsula seguía siendo del mismo color. Es decir, blanco con corinto, pero la cubierta de aluminio ahora no estaba pintada de azul como ocurrió con la adquirida en zona 1.
Uno de los entrevistados explicó que la diferencia de colores en el empaque se debe a que la droga comprada en zona 1 estaba aún más “rebajada” de como se la dio su distribuidor, lo que significa que además de cocaína le agregan otros materiales.
Según contó, un “queso”, que equivale a un kilo de cocaína, al ingresar a Guatemala tiene una pureza del 95% aproximadamente, pero lo combinan con otros ingredientes que van desde bicarbonato, hasta polvo para matar cucarachas, y llegan a sacar entre 5 o 6 kilos más.
La cocaína es una de las drogas ilegales más consumidas en Guatemala, después de la marihuana. Tiene consecuencias desastrosas para el cuerpo, al extremo de que expertos la describen como un “exprimidor de neuronas”.
Además de problemas neurológicos como pérdida de memoria, deterioro cognitivo y hasta convulsiones, el consumo de drogas provoca el envejecimiento del cerebro.
En el caso de la cocaína, la Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que, al liberar las toxinas en el cuerpo, se facilitan la euforia, la sensación de poder, la exaltación, la agitación y la aceleración del pensamiento, lo cual conlleva una desorganización interna que provocaría paranoia y pérdida del contacto con la realidad.
El consumo de estupefacientes es perjudicial para el organismo. Provoca desde enfermedades cardiovasculares, pulmonares, hepáticos, hasta insuficiencia renal, cáncer, úlceras gástricas y osteoporosis.
De redes sociales a la puerta de tu casa
La compra no terminó ahí. Hay quienes no necesitan ni salir de su vivienda para adquirir ilícitos, pues la piden a través de las redes sociales o con distribuidores conocidos.
Según el director General Adjunto de la PNC, esta modalidad se incrementó durante la pandemia, debido a que las personas no podían salir de sus residencias.
“Utilizan perfiles falsos, con números de teléfono reales para contactar a los vendedores. Los ilícitos son enviados a través de empresas de entregas a domicilio reales o se hacen pasar por ellos. Muchas veces el repartidor no tiene ni idea de lo que lleva, pues le dicen que es medicina u otra cosa”, detalló Beltetón.
Se hizo la prueba. No se encontraron páginas específicas de venta de cocaína, crack o ácidos, pero sí hubo muchas que ofrecen alimentos con marihuana.
Bastó con escribir en el buscador “brownies mágicos” o "brownies espaciales" y apareció un extenso catálogo de productos elaborados con cannabis, que van desde pastelitos, hasta otros más elaborados como pizzas, muffin, calzones y dippers.
Incluso hay paquetes que incluyen variedad de alimentos y hasta ofertas para días festivos como Navidad, Día del Cariño, entre otras.
Se contactó al azar en una de las páginas. “Tenemos brownies espaciales hechos a base de mantequilla y harina mágica y 100% chocolate”, decía el anuncio.
El paquete de 3 unidades de unos 5 centímetros cada uno tuvo un costo de 125 quetzales. Eso sí, se trataba de la “dosis intermedia”, pues la “dosis avanzada” tenía un valor de 175.
Además, los ofrecían con sello de seguridad y entregados de “forma discreta”. Y, como cualquier otra cosa que se pide por las redes sociales, se ofertó entrega gratis para algunas zonas de la ciudad. Pero esto dependía de la distancia, de lo contrario se cobraría mensajería.
El envío fue muy rápido. Luego de realizar el pedido a eso de las 11 horas, el producto llegó al lugar pactado a las 13:45.
Fue toda una sorpresa. El paquete estaba identificado con una nota de entrega con membrete. Todo muy profesional.
El producto iba dentro de una bolsa de papel Kraft. Al abrirla había otra bolsa más del mismo material y estaba cerrada con un “Sello de seguridad”.
La protección no terminó ahí. Al abrir la bolsa con sello, los pasteles estaban dentro de una bolsa plástica cerrada al vacío, identificada con una etiqueta adhesiva en la que se leía “The Cosmic Trip” (El viaje cósmico).
A simple vista era imposible identificar que se trataba de pasteles con algún narcótico, pero al abrir la bolsa plástica el olor a cannabis era inconfundible.
Equipo especializado
El subdirector de la PNC aseguró que para identificar este tipo de comercio ilícito electrónico cuentan con “equipos de investigación de informática que saben manejar las fuentes abiertas” y que son los encargados de monitorear las redes sociales para evitar el comercio de estupefacientes.
NOTA: Este reportaje fue dividido en tres capítulos. Esta es la segunda parte, si quieres ver la primera pulsa aquí y no te pierdas la tercera y última parte mañana, donde encontrarás más detalles de esta investigación.
