Mapa del Narcomenudeo: Soy502 acompañó a un consumidor para verificar qué tan fácil puede ser adquirir drogas en la ciudad. Esta es la tercera y última parte de nuestro reportaje.
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Mientras más fácil es comprar drogas, cada vez más personas se vuelven adictas, convirtiendo a Guatemala ya no solo como un país de tránsito, sino que también de consumidores.
Cifras de las atenciones a consumidores ofrecidas por la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Contra las Adicciones y Tráfico de Ilícito de Drogas (Seccatid) muestran un incremento considerable, pues pasó de 689 en 2018 a 1,020 en 2022, y solo en el primer semestre del 2023 iban 956 personas atendidas por adicciones.
La Seccatid presenta servicios de atención a personas con problemas de drogodependencias a través de su Centro de Tratamiento Ambulatorio, ubicado en la ciudad capital, el cual atiende de manera gratuita a personas que acuden de forma voluntaria, a los remitidos por juzgados, programas de gobierno y organismos no gubernamentales. Además, ofrece cobertura a nivel nacional.
De acuerdo con esa Secretaría, el alcohol es la droga de mayor consumo en Guatemala, seguida por aquellos que ingieren múltiples sustancias como marihuana, cocaína y crack.
Los mayores consumidores son hombres (51%), aunque las mujeres también representan una cifra alarmante del 49%.
En tanto, Soy502 entrevistó a un grupo de hombres en condición de calle en la zona 5, todos reconocieron que antes de ser devorados por el alcoholismo, fueron consumidores de metanfetaminas, crack y marihuana.
"Yo fumé (crack) a muerte. Me internaron un montón de veces, pero no logré recuperarme. Dejé esas drogas porque son muy caras. La marihuana es barata, pero lo demás son muy caras. Ahora somos drogadictos, pero con alcohol", dijo uno de los entrevistados.
El problema, dijo otro, es que las drogas provocan una dependencia incontrolable. “Es como levantarse y tener sed. Quieres tomar agua, pero la sed no se te quita, así que sigues bebiendo y bebiendo, sin darte cuenta que te estás ahogando”, detalló.
Cada piedra o crack tiene un costo de 70 quetzales “y sólo dura un ratito, pero es como tener sed, te la fumás y querés más y más y más”, dijo.
Aunque reconocen que en el sector existen varios puestos de venta, prefieren no acercarse porque es muy peligroso. “Yo ahí si no bajo”, coincidieron, pese a que contaron que la mayoría vendió drogas en ese lugar y, en un día, podían “sacar” hasta 5 mil quetzales de ganancia para ellos, pero su dependencia los llevó a la perdición.
Mientras hablaban, preparaban su bebida, que incluyó una botella de alcohol a 55 grados de 120 mililitros y una cantidad de agua pura que guardaban en un recipiente de gaseosa. Todo lo metieron en una botella de vidrio, la cual compartían entre ellos.
Ninguno quiere hablar de centros de rehabilitación, aseguran que en todos los internados golpean, ridiculizan y menosprecian a los adictos. No importa si es privado o liderados por iglesias.
“Para eso, mejor me quedo aquí. Los internados solo sirven para que las familias les den varas (dinero)”, dijo uno, mientras mordía un pedazo de carne cruda.
En el grupo, que estaba pasando el rato en unos colchones que les regalaron los vecinos, había un panadero, un mecánico, un albañil, son hijos y padres, pero abandonaron todo por las drogas y el alcohol.
"El Pelón" y su mamá
Pero la historia que más llamó la atención fue la de “El Pelón”, un joven de unos 30 años, quien nació y creció entre la droga, ya que su mamá era la principal distribuidora del sector. “Ella era la mera mera”, resaltaron.
Desde pequeño, “El Pelón” estuvo al lado de su mamá, no sólo como vigía, sino que se encargaba de atraer a los clientes y entregar “el producto”. Aunque aseguró que él no quería vender, le tomó “amor” porque se quedaba con dinero y conforme fue creciendo, tuvo más obligaciones en el negocio de la mamá, como cobrar.
“Yo andaba encuetado (armado) y salía a cobrar. Yo era el machín”, contó entre muchas divagaciones. Según detalló, su mamá tenía una venta de comida, pero donde más vendían drogas era en su casa.
Tras muchos años de tener su puesto de distribución de drogas, la mamá de “El Pelón” fue asesinada de 17 balazos, él se encontraba en prisión, así que no pudo hacer nada por ella y, según dijo, esa situación fue la que lo llevó al alcoholismo.
“Mi mamá se metió a unas cosas que no debía… Yo la quería y, después de que le pegaron 17 balazos, me metí a un rollo bien feo”, manifestó, mientras que otro de los que se encontraban en el lugar indicó: “Vio que algo malo le pasó a su mamá y él tenía que responder”.
“Mi madre era mi madre y yo la amaba tanto. La quería mucho. Yo estaba encerrado y no podía hacer nada. Cuando me sacó mi abogado, fui a vengar su muerte”, resaltó, mientras su rostro se endureció y sus ojos se llenaron de lágrimas.
De acuerdo con la Subdirección General de Análisis de Información Antinarcótica de la PNC, las drogas no sólo provocan adicción, sino que también violencia, delincuencia, pérdida de la familia, muerte y cárcel.
En aumento
Para Víctor Gudiel, director de Fundajú, el incremento en el consumo era previsorio. No solo porque Guatemala es un país de tránsito de ilícitos, sino porque los gobiernos, principalmente los de Otto Pérez Molina, Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, han tenido fuertes vínculos con el narcotráfico.
Además, indicó que “llegar a Estados Unidos (EE.UU.) cada vez se ha vuelto más difícil”, así que los narcotraficantes han visto alguna forma de ampliar su mercado, principalmente aquellos lugares que usan como tránsito.
Mientras que Beltetón culpa como principal responsable del incremento de consumo de drogas a las pandillas y a la migración de personas.
“Inmigrantes de diversos países, tanto del Centro y Suramérica, hasta personas de medio oriente y de Europa, pasan por Guatemala. Y muchos, por diversos motivos, se quedan en nuestro territorio. Esto lo aprovechan los grupos que se dedican a la venta y comercio de drogas”, dijo el subjefe de la PNC.
En tanto, las cifras son alarmantes, ya que la mayoría de los consumidores atendidos por la Seccatid eran adolescentes entre los 15 y 19 años; incluso han tenido pacientes entre los 5 y 14 años. Algunos llegan de manera voluntaria y otros son enviados por los juzgados juveniles.
Los lugares identificados como mayores puntos de distribución y venta son las zonas 1, 18, 12, 6, 4 y 9. Mientras que en la zona 10 se hace en los centros nocturnos.
Además, se ha identificado a los municipios de Mixco, Villa Nueva y Antigua Guatemala, así como los departamentos de Escuintla, Petén, Izabal, San Marcos, Huehuetenango y Sololá, detalló el director General Adjunto de la PNC.
Beltetón indicó que, a pesar del incremento de consumidores y la facilidad para adquirir drogas, no han identificado a “ninguna estructura” que se dedique o lidere el microtráfico en la ciudad, aunque advirtió que “hay grupos de bajo perfil” que ya están bajo investigación, por lo que “en su momento se dará a conocer los resultados de las investigaciones”.
Las penas para el microtráfico o narcomenudeo son diversas, van desde 6 años hasta los 20 años, y las multas pueden alcanzar hasta 1 millón de quetzales. Mientras que un consumidor podría tener una sanción de 4 meses a 2 años y multa.
Mientras la PNC y el Ministerio Público realizan sus investigaciones, el consumo de drogas sigue en aumento y aparecen otras más potentes.
Por su parte, el Subjefe de la PNC detalló que el jueves 25 de abril realizaron una incautación millonaria de droga, que supera los 84 millones de quetzales en Izabal, donde se logró la aprehensión de un guatemalteco de 41 años.
El cargamento era transportado en el techo de un camión, donde colocaron 700 paquetes que contenían polvo banco, presuntivo positivo para cocaína. "En menos de 4 meses hemos incautado 7 toneladas de cocaína, hecho que supera las 5 tonelada incautadas durante todo el 2023", subrayó Beltetón.
El problema, para el director de Fundajú, es que cada vez aparecen más y nuevas drogas como el fentanilo, el cual ha provocado graves impactos sociales en EE.UU. al crear “comunidades de jóvenes zombies”. Aunque la PNC y la Seccatid coinciden en que ellos no han tenido registro de su consumo en el país.
“Las adicciones son graves. La cocaína y los ácidos se han vuelto drogas muy populares, principalmente entre los jóvenes, provocando impactos altamente negativos en la sociedad y para el consumidor. Hay que buscar una forma de detenerlo o, por lo menos, controlarlo, y no será haciéndose de la vista gorda”, indicó Gudiel.
NOTA: Este reportaje fue dividido en tres capítulos. Esta es la tercera y última parte, aquí puedes ver el primer y el segundo capítulo, donde encontrarás más detalles de esta investigación.