Este sábado 29 de septiembre, en un acto protocolario al que acudió el presidente de la República, se jubiló la promoción 103 de la Escuela Politécnica a la cual pertenece el Ministro de la Defensa, general Williams Agberto Mansilla .
En el momento en que Mansilla entregue el cargo, y por ende pierda su inmunidad, las autoridades deberían exigirle cuentas por dilapidar los recursos del Ejército.
Su último “error”, como el propio Mansilla lo calificó en una citación al Congreso, fue entregarle al Presidente Jimmy Morales un “bono de responsabilidad” de 50 mil quetzales al mes durante 9 meses. Ese sobresueldo inédito, que no había recibido antes ningún mandatario, le costó al Ejército casi medio millón de quetzales y dio origen a una solicitud de antejuicio en contra Morales.
Pero esa no es la única malversación que se le endilga a Mansilla. El diario elPeriódico denunció también habría aprobado la compra de puentes sobrevalorados al hermano del alcalde de Villanueva, Edwin Escobar.
Bien haría la Contraloría General de Cuentas en examinar de cerca cómo se ha manejado la Tesorería del Ejército, pues según fuentes militares, bajo la gestión de Mansilla, que inició al final del gobierno del Partido Patriota, en agosto de 2015, se agudizó corrupción.
¿Qué más se podía esperar de un hombre de confianza y compadre de Otto Pérez Molina?
Tan desmedida es la ambición de Mansilla que sus compañeros de armas comentan que extrañamente, su ascenso a general de división lo firmó Pérez Molina en medio la vorágine de la caída del gobierno, a finales de agosto de 2015, cuando tenía pocos días de haber sido nombrado ministro.
Mansilla no ascendió a general de división como se acostumbra: en un acto solemne, donde el Presidente Constitucional de la República le cambia las charreteras y le impone las insignias frente a sus pares y el alto mando. En medio de la turbulencia del momento, mientras se llevaban preso a Pérez Molina, el ministro prescindió de la ceremonia, se mandó a comprar los dos laureles de general de división y él mismo se los colocó en su despacho de la antigua Escuela Politécnica.
Dicen que ese "auto ascenso" no tiene precedente en la historia militar. El servilismo de entregar al Presidente los recursos de la institución, de una forma tan burda, buscando favores políticos, tampoco.
Por las anomalías que conocemos hasta ahora, por regalar bonos, Mansilla debe ser investigado y debe responder ante la justicia, no ser trasladado cómodamente al Ministerio de Gobernación, como se ha comentado desde hace varias semanas que podría suceder.
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