El Chelsea y el FC Barcelona se vieron las caras en la ida de octavos de final de la Champions en Stamford Bridge (1-1). El partido, a pesar de estar cargado de tensión, tuvo momentos más livianos, como el que protagonizaron Messi y Fábregas con el árbitro Cüneyt Çakir como testigo.
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El jugador del Chelsea se dispuso a sacar rápido una falta delante del argentino y del colegiado antes de que este último reanudara el juego. El árbitro invalidó la acción y el jugador blaugrana le pidió la tarjeta amarilla para Cesc, pero acto seguido se le escapó una sonrisa.
Çakir no amonestó al español y el partido continuó como si nada hubiera pasado, demostrando la buena relación existente entre Messi y Fábregas, quien también se rio ante la malvada petición de su amigo.
La marca personal
Por otro lado, se vio a Antonio Rüdiger, defensor del Chelsea, colocarse detrás de Messi como si fuera su sombra, en un marcaje personal que fue catalogado como un "guardaespaldas".
El defensa intentó de todo para no perder de vista a Messi, quien en una ocasión, a pura potencia y habilidad, logró zafarse de la marca de N'Golo Kanté para luego "quebrar" la cintura al propio Rüdiger.
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