Alejandro Giammattei emitió un efusivo discurso luego de ser juramentado como Presidente de la República. Hizo varias promesas y pidió el apoyo de "todos" los "guatemaltecos y las guatemaltecas", pero ¿qué quiso decir en realidad? ¿qué se puede leer entre líneas?
Durante el discurso hubo altibajos, logró mantener la atención de quienes lo escuchaban y reforzó con elevaciones de voz varios temas. Uno de ellos fue la lucha contra las maras y contra la corrupción.
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En varias oportunidades llamó a la unidad nacional e insistió en que debía dejarse de un lado las tendencias ideológicas, religiosas o culturales. Trató también de implantar que "escuchará a todos" y que "será un Presidente para todos".
Utilizó un lenguaje coloquial, pero a la vez quería demostrar que sabía de los que se estaba hablando, principalmente cuando mencionó aspectos macroeconómicos y financieros.
Además, su discurso fue incluyente. Utilizó adjetivos como "todos y todas", "los guatemaltecos y las guatemaltecas" o "los ciudadanos y las ciudadanas". Pero a la vez habló de poblaciones que históricamente han sido excluidas como los indígenas, los migrantes, las mujeres y las personas con discapacidad, con quienes buscó una empatía y la remarcó.
Sin embargo, hubo algunas palabras que reforzaron su discurso. Según un conteo, la palabra que más repitió fue "nuestro", ese pronombre lo utilizó en 30 oportunidades. Muy por debajo, con 19 menciones está la palabra "hoy" y casi con la mitad "Guatemala" al mencionarlo en 17 oportunidades.
Otras palabras que mencionó con insistencia fue país en 16 ocasiones; ustedes, con 15; desarrollo, corrupción y momento, con 11 cada una; educación y juntos, con 10; y en 9 oportunidades dijo "Apostemos".
Mientras que las palabras que menos utilizó fueron: vida, Dios, Presidente, seguridad, violencia, confianza, quiero, al mencionarlas sólo en tres oportunidades cada una.
Análisis
Nick Morgan, entrenador del habla estadounidense, asegura que "la repetición" en un discurso se convierte en una figura lingüística importante, debido a que las audiencias tienen dificultad para recordar lo que están escuchando y retienen sólo partes de las presentaciones a las que asisten, por lo que repetir "les permite seguir la presentación y sentir que la están asimilando".
Para Morgan, es importante repetir la frase o la palabra que el orador busca que se quede grabada en la mente de quienes lo están escuchando.
Mientras que Carlos Velásquez, semiólogo y catedrático de la Universidad de San Carlos de Guatemala, realizó un análisis del discurso de Giammattei y aseguró que "reparó en los dos campos semánticos que mayor léxico aglutinan: el de la unidad abstracta de los guatemaltecos y el de la visión empresarial del desarrollo".
"'Nuestros – juntos – todos – guatemaltecos'. Esa familia de palabras es la que más peso adquiere dentro del discurso. Ahora, veamos el contexto en el que las alude: da las gracias al pueblo por haber depositado su confianza en él. Es decir, afirma su visión de democracia 'representativa' y nunca alude a la democracia participativa. En otras palabras, él asume, en su discurso, que recibió el cheque de todos los guatemaltecos para gobernar", explicó.
Además, aseguró: "Por oposición y ausencia, en ningún momento otorga importancia a la participación ciudadana. Cuando alude a esta, lo hace siempre desde la visión paternal de quien va a velar por los intereses de ellos, del pueblo. El nosotros se convierte en el yo (gobierno) que va a gobernar para los otros (el pueblo) sin la participación de este más que como recipiendario de las acciones de aquel".
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