En la columna anterior les comentaba acerca de esa transformación de un país y una población principalmente rural a uno predominantemente urbano. México, Brasil, Colombia y otros países de la región nos llevan años o décadas en esa transición. No hay ningún país desarrollado que sea predominantemente rural; pero sí hay países predominantemente urbanos que no están desarrollados.
¿Por qué son importantes las ciudades? Son importantes porque son espacios donde debido a algunas características (cercanía a puertos, aeropuertos, cruce de vías importantes u otros similares) las personas se juntan o aglomeran. Son espacios que llenan algunos requisitos que permiten unir esfuerzos o encontrar mercado para bienes o servicios. Son importantes porque permiten reducir entre 45-55% el costo de prestar servicios públicos a los ciudadanos. Es más barato llevar agua, escuelas o servicios de salud a un grupo de personas que viven juntas a llevar esos mismos (y otros) servicios de una manera dispersa en el área rural.
¿Por qué son importantes las ciudades? Porque la capacidad de consumo de la población de esas ciudades o los mercados internos que allí se generan pueden también impulsar el crecimiento económico del país. La región metropolitana del municipio de Guatemala seguirá siendo la más importante; pero dejará de representar el 70% del PIB nacional y tenderá a bajar hacia el 50%. No porque se reduzca su productividad o capacidad de consumo, de hecho aumentará. Esto se da porque las demás regiones crecerán a ritmos de 5 a 10 veces más fuerte que Ciudad de Guatemala.
Las ciudades emergentes (ciudades intermedias) requerirán en los próximos 5 a 10 años inversiones (mínimas) de 1000 millones de dólares cada una de ellas (6-7 regiones). Mucha de esa inversión se destinará a sistemas de agua (abastecimiento, distribución y comercialización), movilidad (sistemas de transporte, calles, aceras, ciclovías), disposición final de desechos sólidos, tratamiento de aguas residuales, sistemas de abastecimiento de productos (mercados), energía eléctrica (generación, transporte y distribución) y gestión de riesgo para prevenir o mitigar los impactos del cambio climático y reducir la vulnerabilidad de la población.
Este crecimiento de la población urbana ser va a dar. Esto es seguro. Como expliqué en la nota anterior, para el año 2030 seremos 22 millones de guatemaltecos de los cuales 15 viviremos en ciudades y 7 vivirán en áreas rurales. Estas cifras nos deben hacer entender que las necesidades en infraestructura y los servicios públicos y privados que necesitará la población urbana es gigantesca. Sólo lo que se necesita de inversión pública y privada en esas ciudades debe aumentar el PIB en 2 a 3 puntos durante esa década.
Estas ciudades emergentes o intermedias serán el motor del crecimiento y desarrollo de Guatemala en los próximos 20 años, siempre y cuando las diseñemos y construyamos de manera sostenible. En la próxima entrega analizaremos los requisitos indispensables para poder construir ciudades sostenibles para esa población.
Dios los bendiga y les recuerdo que toda la gloria, la honra y el honor son siempre para Jesús.