Su idea era llegar a Guatemala, apreciar sus bellezas naturales, conocer las sobre la cultura nacional y probar la comida de las distintas regiones, pero todo cambió a su llegada al territorio nacional.
Fue así como Daijo Yamada, un artista de origen japonés, llegó a La Antigua Guatemala y se unió a la escuela de artes que imparte clases en el centro cultural César Brañas y quiso plasmar en uno de los muros de este recinto un homenaje para el pueblo guatemalteco.
“Vino el artista a este lugar con la intención de plasmar un mural. Se discutieron varios diseños y teníamos muy fresco lo que había sucedido el 3 de junio y fue así como surgió el modelo del mira el memoria de las víctimas y los héroes anónimos que acudieron a las labores de rescate”, explica Jorge Ramírez, administrador del centro cultural antigüeño.
El mural cuenta con dos escenarios, el primero en la parte baja que representa la tragedia con colores tenues, además de ejemplificar la consternación, el dolor y la pena que embargaba a los familiares de las víctimas de la furia del volcán.
“En esa misma parte se plasmó la labor de los héroes anónimos, solo sabemos que fueron bomberos Voluntarios, Municipales, agentes de la PNC, soldados, gente de Comred y Conred, voluntarios de las comunidades, personas que llevaron alimentación a los rescatistas... es recordar a todos esos héroes que Guatemala tiene que siempre dan la talla en situaciones como ésta”, resalta Ramírez.
En la parte media de la pintura se observan dos quetzales, uno adulto y uno joven.
El mayor representa la solidaridad que los guatemaltecos tuvieron para con los damnificados y el joven simboliza a las nuevas generaciones para que no olviden este suceso y puedan tender la mano al prójimo cuando sea necesario.
De la erupción del volcán de Fuego nace un árbol de la vida, el cual representa la esperanza de nuevas oportunidades.
“Del follaje del árbol salen un sinfín de flores que representan el renacer para iniciar de nuevo. Mientras que las mariposas representan las almas de las víctimas que muchos de ellos no han sido encontrados”, agrega el administrador.
La duración de la obra tomó al artista cerca de 17 días y fueron personas ajenas a la escuela de artes de la Municipalidad quienes proporcionaron los materiales para la realización de la pintura.
Asimismo, el artista estuvo lo más cerca de la zona del desastre para plasmar cada detalle de los acontecimientos vividos por cada uno de los protagonistas plasmados en el mural.
La obra fue inaugurada el 16 de agosto y quedará expuesta a los visitantes en el centro cultural César Brañas al igual que otros cuatro murales, entre los que destacan “La memoria del agua” Ariosto Otero, de origen mexicano.
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