El periodista James Foley fue decapitado por el Estado Islámico luego de más de dos años de secuestro. Su familia y sus amigos encabezaron una campaña durante todo ese tiempo para exigir a sus secuestradores que lo liberaran.
Foley fue capturado en noviembre de 2012 en Alepo, Siria y no era la primera vez que era secuestrado por un grupo extremista. En Libia estuvo retenido durante 6 semanas.
Pero esto no le impidió seguir realizando su trabajo y contando las historias humanas de los conflictos.

Uno de sus amigos, el periodista español Antonio Pampliega, relata que Jim (como le decían sus amigos) fue uno de los primeros periodistas del mundo en entrar ilegalmente a Siria y además realizó una campaña para recaudar fondos para comprar ambulancias que dieran servicio a los civiles heridos en Alepo.

La humanidad está orgullosa de #JamesFoley. pic.twitter.com/yiLBM1hDW6
— Laila Muharram Rey (@Laila_Mu) agosto 20, 2014
Foley era un periodista independiente y vendía sus videos y textos a la agencia de noticias AFP o al GlobalPost en Estados Unidos.
Sus amigos y compañeros de trabajo han iniciado una campaña donde comparten fotografías y videos de Foley pidiendo que sea así como se le recuerde, trabajando en su campo, y no de la manera en que el grupo extremista islámico ISIS lo presentó en sus últimos momentos de vida.
Su madre, Diane Foley, también se pronunció después del asesinato y dijo que "nunca se habían sentido más orgullosos de su hijo. Él dio su vida tratando de exponer al mundo el sufrimiento de la gente Siria".


Foley decidió dedicar cuatro años de su vida a recorrer los países más devastados por guerras en el mundo porque creía que sin las "fotos, videos y experiencia de primera mano, no podemos decirle al mundo lo mala (que la guerra) puede ser", dijo cuando fue liberado de su primer secuestro.