El ciudadano Boris Ochoa visitó recientemente Guatemala, pero tuvo una mala experiencia en el Aeropuerto Internacional La Aurora.
Ochoa llegó el 17 de noviembre a Guatemala y, entre sus pertenencias, trajo un dron "de juguete". Sin embargo, las autoridades aduaneras lo retuvieron.
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"Me lo detuvieron en aduanas, diciendo que necesito un permiso de Aeronáutica Civil para que me lo liberen. Ellos no me lo tenían que detener, porque es de juguete", señala Ochoa en el video.
En la grabación también aparece otro ciudadano que tuvo que pagar 923 quetzales de impuestos para que le permitieran ingresar una máquina para cortar grama.
"No tenemos por qué pagar impuestos por nuestras cosas personales, porque ya pagamos impuestos cuando las compramos", escribió Ochoa junto al video.
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Sin embargo, dependiendo del precio del producto, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) sí podría solicitar un pago. La ley guatemalteca permite que cada año, cada persona pueda ingresar al país productos cuyo valor sea de 500 dólares o menos sin pagar impuesto. Si el precio de mercado excede, se deberá pagar Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre la diferencia y aranceles de importación.
El vocero de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), Conrado Monroy, confirmó que el dron no debió ser retenido, debido a que no requiere un permiso de esa institución.
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Para evitar una nueva confusión, la DGAC le entregó a la encargada de la delegación de la SAT en la terminal aérea, Gladys López, un listado de cuáles drones deben ser enviados a Aeronáutica Civil para el registro y cuáles no.
El portavoz añadió que el dron ya fue devuelto a Ochoa. No obstante, la SAT no ha respondido por este incidente.
