El mundo entero celebra este 14 de marzo el Día de Pi (π), el número constante cuya cifra es 3.141519... (3/14), en honor a sus tres primeros dígitos.
Para mayor precisión, los festejos inician a la 1:59 hora local de cada país, en coincidencia con los decimales que siguen: 3.14159265359...
Fue el físico estadounidense Larry Shaw quien tuvo la idea en 1987 de celebrar este día, cuya conmemoración fue establecida como fiesta nacional en los Estados Unidos por una resolución de la Cámara de Representantes aprobada en 2009.
El periodista Manuel Ansede, ganador del Premio Prisma 2012, ha publicado un artículo dedicado a los debates científicos que cada año surgen en esta fecha.
El 20 de noviembre de 2005, el chino Chao Lu recitó de memoria durante 24 horas ininterrumpidas 67 mil 890 decimales de pi, lo cual fue certificado por el Libro Guinness de los récords, pero las cifras memorizadas por el asiático no son realmente la cifra en cuestión.
Para Javier Cilleruelo, científico del Instituto de Ciencias Matemáticas en Madrid: "Pi es un número irracional. No sigue ningún patrón y tiene un número infinito de cifras", lo que significa que cualquier número telefónico o de pasaporte puede aparecer entre los primeros millones de decimales.
Sobre la teoría anterior, Cilleruelo dice: "Si tomas todos los números de un directorio telefónico y los pones en fila, ese larguísmo número debería aparecer infinitas veces en el número pi, pero no sabemos si es cierto. Es muy difícil demostrarlo. Y el que lo demuestre se llevará el Nobel".
Según Raúl Ibáñez, director del portal de divulgación científica DivulgaMAT, de la Real Sociedad Matemática Española, el geólogo Hans-Henrik Stolum de la Universidad de Cambridge identificó en 1996 la relación entre el doble de la longitud total de un río y la distancia en línea recta entre su fuente y su desembocadura, cuya relación era de aproximadamente 3.14.
Ibáñez también mencionó, como un asombroso ejemplo ligado a la cifra infinita, el problema de probabilidad geométrica de la aguja de Buffon propuesto en 1777 por el científico francés Georges-Louis Leclerc. Este consiste en lanzar una aguja sobre un papel en el que se han trazado rectas paralelas distanciadas entre sí de manera uniforme, por medio del cual se puede demostrar que si la distancia entre las rectas es igual a la longitud de la aguja, la probabilidad de que la aguja cruce alguna de las líneas es 2 partido pi.
"No hay ni un círculo en este experimento, pero incluso en esta historia está presente el mágico número pi", señala Ibañez.
