Sus signos vitales están por apagarse, pero le estrechan la mano y le ponen su música favorita. Sí, es posible, invitan a un familiar a despedirlo, pese a tener Covid-19.
"Cada persona traía una familia detrás y a cada persona tratamos de conocerla dentro del tiempo que tenemos", dice a la AFP Natalia Ojeda, médica especializada en cuidados paliativos del hospital Barros Luco, de Santiago de Chile.
Este centro médico ha sido uno de los más presionados durante la pandemia que ha dejado más de 9 mil muertos, confirmados en Chile y 340 mil contagiados, en una población de 18 millones de habitantes.
Desde hace dos meses, la intensa rutina laboral de Ojeda y su colega Moyra López puso a prueba sus trayectorias como especialistas en enfermos terminales, sobre todo de cáncer.
"Antes de la pandemia estábamos acostumbrados a que el paciente falleciera, pero en su casa, rodeado con su familia, muertes muy distintas a la que tienen que ver con el Covid", dice López.
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Unas 60 personas fallecieron en la unidad montada en el hospital donde trabajan, que ha desmitificado la muerte en soledad por el virus.
Esta sala con ventanas que dejan colar una agradable luz natural y un ligero sonido de naturaleza, fue acondicionada en el apuro de la pandemia, que hasta la primera semana de julio sometió a la población pero sin colapsar hospitales ni morgues.
Tanto Ojeda como López indicaron que cuando se supo sobre la muerte en soledad de los enfermos de Covid-19 en China y Europa, la dirección del hospital priorizó prepararse con los protocolos y el personal especializado en alivio del dolor y fin de vida.
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Los familiares que visitaron a los pacientes tuvieron que cumplir requisitos estrictos. Antes de pasar al sector donde están los enfermos, en su mayoría ancianos, hay una mesa con todos los accesorios que deben vestir antes de abrazarlos.
El equipo de esta sala, en su mayoría mujeres, ha aprendido a animarse, a llorar juntas y a vencer el miedo al contagio entregando afecto, música y audios de seres queridos.
La doctora Moyra López acerca al oído de "don Manuel" un mensaje de su hijo, "palabras de agradecimiento y también de aliento para irse en paz", explica sobre la importancia de no estresar al paciente en esa última fase con mensajes como "lucha, tú puedes".
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