Jeffrey Hunter interpretó por primera vez a "Jesús" en la pantalla grande y su historia, después de ello, fue trágica.
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Sin duda alguna, la película Rey de Reyes, estrenada en el cine en 1961, es una de las más vistas con el pasar de los años, principalmente durante la Semana Santa.
Pero casi nadie conoce la trágica vida que enfrentó Jeffrey Hunter, luego de interpretar el papel más importante de su vida, que a la vez, se convirtió en una tortura.
Cuando le ofrecieron el papel de Jesús en 1960, Hunter aceptó de inmediato. No era el primer papel protagónico que interpretaba, pero era Jesús y sería la primer película que se proyectaría en la pantalla grande.
En la época, muchos medios lo entrevistaron. Le preguntaban por qué creía que lo habían elegido para interpretar el papel y él respondía: "Cristo era carpintero y tenía 33 años. Yo tengo la misma edad y supongo que mi físico encajaba".
Aunque la Biblia no menciona en ningún evangelio cómo era Jesús, Hunter tenía las características físicas de la mayoría de representaciones en pinturas y esculturas a lo largo de la historia.
Y en efecto, cuando la película se estrenó fue un exitazo. Superó las expectativas y 13 millones de dólares cuando su presupuesto había sido de cinco. Mientras que muy pocos ironizaron su participación, ya que Hunter les parecía un Jesús muy bonito.
Maldición
Aunque su participación lo lanzó a la cima, quedó muy identificado con el papel del Nazareno, al extremo que recibía unas 1,500 cartas mensuales de personas que le contaban sus problemas personales, mientras que otros lo paraban en la calle para pedirle su bendición.
Luchó para incorporarse a otros papeles y con ello que dejaran de asociarlo con el hijo de Dios, hasta interpretó a un sicópata asesino en Chechmate, pero nada lograba separarlo de ese protagónico papel.
Así que decidió probar suerte en la televisión, donde interpretó al capitán Pike en la mítica Star Trek y cuando cumplió 40 años decidió retirarse con la película ¡Viva América!, pero al momento de su filmación debía grabar la muerte de un gánster en un explosión, momento en el que él estaría parado frente a un auto.
Aunque el artefacto se preparó para explotar hacia afuera, sucedió lo contrario y los vidrios de la ventanilla lastimaron el rostro del actor y sufrió quemaduras en el cuerpo.
Pero lo más impactante fue una conmoción cerebral, que empeoró luego que a los pocos días, un amigo le dio un golpe de karate en el mentón cuando practicaban una escena.
Fue revisado, pero los médicos no encontraron nada.
Sin embargo, semanas después, cuando viajaba en un avión hacia Los Ángeles, su esposa Emily Mclaughlin, con quien se había casado hacía solo tres meses, notó que Hunter actuaba extraño, que tenía paralizado el brazo derecho y confundía las palabras, hasta el punto que al aterrizar perdió el habla.
Una ambulancia llegó a recogerlo y determinaron que el actor tenía una vértebra desplazada y una conmoción cerebral. Evolucionó muy bien, aunque experimentaba mareos y jaquecas muy fuertes.
Intentó retomar su rutina, pero el 26 de mayo de 1969, tropezó cuando bajaba las gradas de su vivienda y al caer se golpeó la cabeza con las barandas hasta quedar inconsciente.
Frank Bellow, un amigo suyo lo encontró en el piso cuando pasaba a visitarlo.
Lo trasladaron de urgencia al hospital, pero tenía una fractura en el cráneo y aunque lo ingresaron a cirugía, ya no despertó. Murió la mañana del día siguiente.
Muchos especularon que no se trató de una caída, sino que el actor trató de suicidarse, pero nunca se compró otra historia que la oficial.
