Quizá has visto en lugares y objetos relacionados con música, la imagen de un perro al lado de un gramófono, como escuchando la bocina. El perrito existió y revolucionó la industria en los siglo XX. Esta es su historia.
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El medio Infobae contó cómo surgió la marca y por qué se decidió que Nipper, el perrito, fuera el sello característico de la música y del sonido usado por RCA, EMI, Victor y JVC.

En 1899 (al final del siglo XIX), Emile Berliner, inventor germano-estadounidense, que algunos de sus logros son la invención del transmisor telefónico, el gramófono y discos de vinilo, así como de la percusión del micrófono, visitó las oficinas de Londres de la Berliner Gramophone Company, pero no imaginó que la marca cambiaría por un perro.
En un cuadro colgado se veía a un pequeño perro con la cabeza ladeada, parada frente a un gramófono. El Jack Russel Terrier estaba así porque escuchaba a través del aparato la voz de su amo.
El especialista pidió una copia de la imagen y viajó a Estados Unidos para registrar la marca a partir de la pintura. Esta empresa surgió en Julio de 1900.

Eldridge R. Johnson comenzó a imprimir el emblema en sus catálogos de registro de la marca "Victor", luego en la etiqueta de los discos de vinil. Berliner le pasó este logo a Johnson, con quien trabajó en la mejora de la máquina de reproducción sonora. Así, junto a la frase "La voz de su amo", hizo historia.
¿Quién hizo y cómo llegó la pintura del perrito a las oficinas de la "Berliner Gramophone Company"?
Francis James Barraud era un pintor inglés que fue más conocido como ilustrador de publicidad. Empezó a hacer la pintura en 1898 bajo el título de "Hi's masters voice" (La voz de su amo) y la completó en 1899. De hecho, Nipper había muerto cuatro años antes de que Barraud iniciara el lienzo.
La máquina modelo fue un fonógrafo (diferente al gramófono) de la marca "Edison-Bell Commercial Phonograph", que se producía en Gran Bretaña.
Barraud probablemente derivó la idea de comprar una máquina de este tipo a Hubert von Herkomer, un pintor alemán de padre inmigrante inglés, quien tenía una máquina similar en su estudio.
Barraud había ofrecido su retrato “perro observando y escuchando a un fonógrafo” a la compañía Edson-Bell, pensando que le podía interesar, pero le contestaron “Los perros no escuchan a los fonógrafos”.
Luego reemplazó el fonógrafo con una máquina de discos por sugerencia del empresario William Barry Owen de "The Gramophone Company", que luego compró la imagen por acuerdo, así fue como Bertiner la conoció.
Fue así como el gerente de la "Berliner Gramophone Company" le sugirió que si el artista sustituía toda la máquina con un gramófono de Berliner, la Compañía podría comprar la pintura.
Luego, fue utilizado con fines publicitarios por Gramophone Company y por su filial estadounidense Victor Talking Machine Company que pronto se convirtió en una de las marcas comerciales más reconocidas del mundo.
En Estados Unidos, el logotipo apareció en las máquinas, en la promoción de ventas, en membretes, en catálogos de discográficas y en las etiquetas de papel de los discos.

