Vive en un pequeño hotel en el centro de la Villa de Chiantla, un municipio de Huehuetenango, a unos 256 kilómetros de la Ciudad de Guatemala.
En la localidad pasa el tiempo despacio, se respira tranquilidad. Es un pueblo que se ha quedado en el tiempo, predomina la vida rural. Del entrenamiento al hotel a descansar. No hay cines, ni grandes centros comerciales.
Es la sede del Deportivo Chiantla, que ascendió la temporada pasada y busca la permanencia, aunque tuvo un Apertura 2018 para el olvido.
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La vida del portero mexicano Liborio Sánchez transcurre en paz durante la semana, pero da un giro completo cuando le toca jugar.
El exguardameta de Chivas de Guadalajara, Querétaro, y otros equipos de la Liga MX, se luce en la cancha y los reflectores van con él.
La gente le pide fotos, las cámaras lo siguen. Son días de mucha acción.
Sánchez, de 29 años, fue la principal contratación que hizo el Deportivo Chiantla en el mercado de mitad de temporada. El mexicano llegó para reforzar a un plantel que busca evitar el descenso a Primera División.
Y no ha defraudado. Jornada a jornada destaca y hoy por hoy ocupa un lugar en el podio de los guardametas menos vencidos del campeonato. Su último cero lo consiguió este sábado, en el empate de los Tigres ante Municipal, en condición de visita.
Fue de los últimos en salir y ahí estaban los periodistas para tener sus declaraciones. Había sido la figura del partido, otra vez.
Liborio afirma que tenía opciones de jugar en Brasil y Estados Unidos, pero eligió Guatemala por el reto que representaba.
"Yo lo vi como un reto. Agradecí a Dios por la oportunidad y a la directiva. Sinceramente tuve varias opciones de varios equipo, pero me decidí por Chiantla porque esto llama la atención, porque esto hace a los jugadores. El pelear un descenso, el salvar a un equipo y el ser un protagonista hace fuerte a cualquier jugador", cuenta el jugador, tras el empate de ante los rojos.
Sánchez es parte de una legión de mexicanos que suma nombres cada torneo y se hace popular jornada a jornada. Ahora pretende alcanzar los objetivos de grupo con Chiantla y buscar mejores opciones. Por lo pronto toca hacer un viaje de unas cinco horas de regreso a la Villa.
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