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La guerra que no fue

  • Por Soy502
30 de abril de 2018, 23:02
En octubre la CICIG presentó una solicitud para retirarle el antejuicio al alcalde Álvaro Arzú, cuando se presentaba el caso, el jefe edil se hizo presente a la conferencia de prensa. (Foto: Archivo/Soy502)

En octubre la CICIG presentó una solicitud para retirarle el antejuicio al alcalde Álvaro Arzú, cuando se presentaba el caso, el jefe edil se hizo presente a la conferencia de prensa. (Foto: Archivo/Soy502)

Valorar una figura tan dominante políticamente como la de Álvaro Arzú requerirá su tiempo. Imposible, además, que el juicio del saldo sea un ejercicio de objetividad.

Para algunos lo bueno compensará lo malo, para otros el balance quedará en el campo de lo nefasto y habrá en medio de esas dos posturas muchos matices. Nadie con conocimiento de la historia de las últimas décadas del país puede negar que una mirada honesta encontrará luces y sombras.

Hagamos el ejercicio con más tiempo y más información. Oportunidades habrá para reflexionar sobre qué implicaciones tiene que esta sea, en parte, la Guatemala de Arzú. Ahora apremia otra cosa, la predatoria coyuntura ¿Cómo queda la guerra que él declaró?

Cuando entró en escena, en octubre de 2017, hubiera parecido que ahora sí tenía Iván Velásquez un rival de peso.

La realidad fue otra. Los movimientos siempre se quedaron cortos y se cayeron jugadas tácticas una y otra vez.

El conseguir la Junta Directiva del Congreso no le dio las mayorías necesarias para dominar una potente agenda legislativa. Los intentos se fueron diluyendo y cada día que se acerca 2019, se hace más y más difícil frenar los casos que atormentan a la clase política.

Salir de su reducto para liderar no fue fácil. Aunar a una élite dispersa, ganarse al Presidente y elaborar un discurso sofisticado anticicig estaba al alcance de pocos y él lo tuvo que hacer contra el tiempo.

Además no es lo mismo pelear contra las dinámicas geopolíticas con 50 que con 70 años, al menos no para él. La guerra no fue y al final la naturaleza pasó, implacable, factura.

Ahora los que le acompañaron en su intento están en un gran problema. Arzú hacía creíbles los acuerdos de medio plazo ¿Quién de los que se subieron a su barco estarán seguros ahora de que lo que se les prometió será considerado?

Difícil que alguien pueda recoger el legado estratégico en el bloque anticicig. Figuras de bajo perfil, con poca capacidad de articular y menos aún de crear un discurso poderoso. Poco conocidas o poco respetadas.

Su hijo clamó el domingo que seguirían la lucha que “le costó la vida” (reconociendo de manera contraproducente para su cometido debilidad en una figura cuya marca comunicativa siempre fue la fortaleza; “no aguantó la presión” parece estar diciendo) pero es poco creíble.

El caciquismo tiene sus costos y el más profundo es que no existe sin el cacique.

La oportunidad que ahora tiene el Presidente de no hacer sufrir al país en este proceso de transición es extraordinaria y está, una vez más, en su mano.

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