Rosaura Quinteros, una migrante guatemalteca, trabaja en el área de limpieza de un hospital en Estados Unidos. Ella ayudó a un paciente con Covid-19 a tener esperanzas para sobrevivir. "Me salvó la vida", dice Jason Denney.
“Ella estuvo allí después de que descubrí que era positivo, cuando estaba asustado y luchaba por respirar. Todo era negativo por mi dolor físico y tenía tanto dolor mental", manifestó Denney.
El hombre, de 52 años, tuvo síntomas graves de la enfermedad. Se sentía decaído y pensó que moriría. La mayoría de los días, Rosaura y Jason conversaban de temas cotidianos normales, mientras él trataba de respirar, viviendo "cinco minutos a la vez".
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Denney, padre de tres hijos, es un coronel retirado de la Fuerza Aérea que ahora trabaja para un contratista del Departamento de Defensa. Fue uno de los primeros pacientes de Covid-19 en el Hospital Dr. P. Phillips de Orlando Health.
Se negó a ser sedado para permanecer consciente al usar un respirador. De manera que Jason estuvo despierto, mientras los tubos presurizados empujaban aire a sus pulmones para mantenerlo con vida.
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Cuando Rosaura limpiaba la habitación de Jason, se dio cuenta de lo mal que estaba y comenzó a conversar con él. “No creo que se haya dado cuenta en ese momento de lo que hacía por mí. Me estaba salvando la vida”, asegura.
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