Principales Indicadores Económicos

Guatemala dejó de imprimir más de 1 millón de libros por crisis de Covid-19

  • Por Alexis Batres
27 de diciembre de 2020, 06:00
La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que durante el 2020 se imprimieron 1.3 millones de libros. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que durante el 2020 se imprimieron 1.3 millones de libros. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

De un momento a otro el país cerró actividades, la industria del libro dejó de imprimir más de 1 millón de ejemplares en el 2020. Algunas librerías perdieron 25% de sus ventas, otras solo 5%. Las pequeñas apenas pudieron respirar y otras ya no abrieron

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Gustavo Chávez terminaba una feria de libro más en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) y preparaba el catálogo de la Librería San José para la próxima aventura. Era la tarde del 14 de marzo de este 2020. A las 16:00 horas, el presidente Alejandro Giammattei ordenaba un cierre de país por el Covid-19. Era una pesadilla y cuando Gustavo despertó de la impresión se preguntó: "¿Qué vamos a hacer?".

Al otro lado de la ciudad, ese mismo discurso lo escuchaba César Medina, gerente del Fondo de la Cultura Económica (FCE), quien creyó que el cierre sería corto, pero tras alargarse durante días y semanas comenzaron a cuestionarse lo mismo: "¿Qué vamos a hacer?".

El Gobierno de Guatemala ordenó el cierre de fronteras, restringir la movilidad y confinar a las personas en sus casas para evitar la propagación del Covid-19. Estas medidas iniciaron el 14 de marzo y comenzaron a concluir, de forma paulatina, a partir del 27 de julio. La actividad económica comenzó a reactivarse en septiembre.

Libros sin imprimir

La industria del libro sufrió una contracción considerable. Entre 2018 y 2019, la Asociación Gremial de Editores de Guatemala registró un incremento del 24% el registro de ISBN (es un número de 13 cifras que identifica de una manera única a cada libro o producto de editorial publicado en el mundo con características semejantes).

Para este 2020, los números comenzaron a reducirse entre los meses de abril, mayo y junio, trimestre que tuvo una baja del 58%. De enero a diciembre, hubo 1,045 solicitudes, una caída del 26%, respecto del total del año anterior.

En cuanto a libros impresos, entre 2018 y 2019, la Gremial tuvo un aumento de 60%. Al cierre del año pasado, las editoriales imprimieron 2.4 millones (2,419,075). Situación que mermaría en el 2020. De enero a diciembre, el número llegó al 1.3 millones (1,327,143), más de un millón menos y una contracción del 45%.

La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que durante este año se dejó de imprimir más de 1 millón de libros. (Foto: AGEG)
La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que durante este año se dejó de imprimir más de 1 millón de libros. (Foto: AGEG)

Para Philippe Hunziker, presidente de la Gremial, la disminución fue muy importante ya que esas cifras otorgan un indicador del ecosistema del libro guatemalteco. "No solamente están los autores de poesía, novela, también están los libros de texto que se usan en colegios y escuelas", añadió.

El confinamiento golpeó de forma muy diferenciada a los actores, principalmente por el tipo de espacio para la venta de libros. Es decir, que aquella librería que se encontraba en un centro comercial se vio más afectada ya que estos no abrieron durante cuatro meses.

"Si estabas en un centro comercial, sin posibilidad de vender electrónicamente y cuyos títulos no eran los de mayor venta, probablemente la pandemia te pegó fuerte; pero, si tenías catálogo en línea y "best-sellers", te fue mejor. La crisis afectó de forma muy diferente a todos los participantes", señaló Hunziker.

Redes sociales y venta en línea

César Medina, del FCE, veía la ausencia de clientes, una página sin desarrollo comercial y una editorial que dejaba que clientes como Sophos, Artemis Edinter o De Museo utilizaran sus librerías para venderlos. "Pero, nos quedamos sin ingresos".

Las medidas extremas comenzaron con la reducción de un 30% del salario de los empleados y colocaron un catálogo en formato PDF en redes sociales. Lo dividieron por material infantil, juvenil y novedades. Al concretar las primeras ventas los enviaron a domicilio y el dinero comenzó a fluir.

La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que la impresión de libros se redujo no solo en poesía o novela, también en textos escolares. (Foto: Alexis Batres/Soy502)
La Asociación Gremial de Editores de Guatemala informó que la impresión de libros se redujo no solo en poesía o novela, también en textos escolares. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

"Marzo fue muy mal. Abril fue un mes de reinvención, mayo comenzó la venta a como si estuviera un 20% más abajo, junio agarramos vuelo y en julio ofrecieron paquetes de libros y promociones tipo Filgua (Feria Internacional del Libro de Guatemala -entonces cancelada-)", destacaba Medina.

El Fondo de la Cultura Económica, en términos generales y de librería, está abajo solo un 5% respecto de las ventas alcanzadas en 2019. Las cifras en toda la empresa (editorial y librería) están un 57% abajo.

"Nos tuvimos que reinventar para no morir. No había otra forma de hacerlo, durante todos los meses la gente no salió de sus casas o tenían miedo de salir, la única forma de vender era en las redes sociales, en línea y llevarles el libro a su casa", dijo Medina.

Libros en la calle

Como indicaba el presidente de la Gremial de Editoriales no a todos los libreros les fue mal. Hunziker, es gerente de Sophos, la cual vendió en 2019 cerca de 120 mil ejemplares. Este 2020, pese a la pandemia y al estar en un centro comercial que estuvo cerrado, logró superar la cifra de las 90 mil unidades, una baja del 25%.

La historia no fue del todo buena para las pequeñas librerías que no tuvieron recursos para montar una página en Internet. Hicieron uso de las redes sociales, incluso, tuvieron que salir a buscar a sus clientes a las calles para percibir ingresos.

Gustavo Chávez vende libros usados y se dedica a este negocio desde hace 36 años. Catalogó lo vivido como una verdadera pesadilla ya que tuvo que utilizar las redes sociales para no morir.

La Asociación de Libreros de Guatemala detalló que sus miembros usaron las redes sociales para vender sus libros. (Foto: Alexis Batres/Soy502)
La Asociación de Libreros de Guatemala detalló que sus miembros usaron las redes sociales para vender sus libros. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

"La pandemia vino a afectar a todos los negocios de los libros porque no es un artículo de primera necesidad para sobrevivir. Sobrevivimos por medio de Facebook y aunque nos mantuvo a flote, muchas librerías quedamos al borde de la quiebra y algunos compañeros sufrieron depresión", dijo Chávez.

La Librería San José pertenece a la Asociación de Libreros de Guatemala (Asligua), la cual preside Victorino Rodríguez, también propietario de una librería llamada "Ciencia y Cultura", la cual vendía entre 15 y 20 libros diarios. Durante el confinamiento, la cifra llegó a 2 o 3 a la semana.

Gustavo Ardiano, propietario de "Librería Marquense", dijo que la situación le pareció sorprendente y buscando respuestas apresuraron la idea de repartir libros a domicilio. "Fuimos superando ese mal trago y logramos vender en las redes sociales y llevarlos hasta las casas. La gente estuvo dispuesta a pagar ese costo adicional", dijo.

Feria Municipal del Libro

Actualmente, los miembros de Asligua venden sus libros en la calle. Están ubicados en el Paseo de la Sexta del Centro Histórico y en casi 200 metros de locales, ofrecen todo su catálogo. Para atraer a la clientela aseguran tener obras únicas y ejemplares para coleccionistas ya que al no poder vender acumularon libros que consideran valiosos.

La Feria Municipal del Libro realiza su 49 edición y está ubicada en el Paseo de la Sexta, zona 1. Estará abierta hasta el 30 de diciembre. (Foto: Alexis Batres/Soy502)
La Feria Municipal del Libro realiza su 49 edición y está ubicada en el Paseo de la Sexta, zona 1. Estará abierta hasta el 30 de diciembre. (Foto: Alexis Batres/Soy502)

Esta es la 49 edición de la Feria Municipal del Libro. Los libreros se preparan para recuperarse por completo el próximo año cuando se celebre el 50 aniversario de esta actividad. En esta oportunidad, las librerías estarán en las calles de la zona 1 hasta el 30 de diciembre.

La reinvención

¿Realmente existió una reinvención de la industria de los libros en Guatemala a raíz de la pandemia y el confinamiento? Yara Tobar, gerente de Librerías y Editorial Piedrasanta, responde que existen cosas que aún se desconoce cómo podrían sustituirse.

Tobar asegura que en la cadena de distribución de libros tuvo que reinventarse para agilizar proyectos que yacían dormidos. Es decir, que el confinamiento empujó a las editoriales, en este caso a Piedrasanta, a atraer a sus clientes.

"Nos tuvimos que reinventar en el sentido de hacer el canal de distribución. Un ejemplo, la Filgua fue virtual. Nosotros nos inventamos un recorrido digital por nuestra librería. En esa parte sí hubo reinvención, pero la metamorfosis no ha terminado", comentó Tobar.

La gerente de Piedrasanta añade que existe una conexión entre los libros y los humanos que, por ahora, es insustituible y eso aún no puede reinventarse. "Existen dos tipos de lectores: el que sabe a lo que va y el que busca una recomendación. Esa parte es muy personal y los libreros somos entre psicólogos y maestros. Para eso no hay otra solución y durante el confinamiento eso se perdió".

Tobar asegura que los anaqueles digitales son fríos, pero existe una parte afectiva, una conexión casi espiritual con los libros y "las personas lectoras siempre buscan esa parte emocional".

Al final, los libreros más que reinventarse tuvieron que adaptarse a nuevas tecnologías y métodos ante una inesperada circunstancia para no desaparecer.

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