En 2007 el presidente de Rusia, Vladimir Putin, visitó Guatemala y se reunió con altas autoridades, entre ellos el expresidente Óscar Berger.
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Era la mitad del año 2007, cuando se anunció que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, visitaría el país.
Óscar Berger estaba en la Presidencia, pese a que su tinte político era conservador, debía prepararse para recibir a Putin, quien viajaba por el mundo para promover la realización de los Juegos de Invierno en su país.
La visita la realizó el 3 de julio. Su propuesta consistía en inyectar 12 mil millones de dólares en tecnología durante los Juegos de Invierno, siempre que estos se llevaran a cabo en Sochi, Rusia.
Su intención era que el torneo deportivo se llevara a cabo en su país, el cual no se realizaba así desde las Olimpiadas de Moscú en 1980, debido a que todas las peticiones fueron bloqueadas por Estados Unidos y otras naciones occidentales por disputas de la Guerra Fría.
Putin estaba desesperado buscando apoyo occidental, necesitaba los votos suficientes para que la actividad deportiva se realizara en su país y con ello, se lograra la atracción de turismo y el crecimiento económico.
Sin embargo, el Gobierno guatemalteco aprovechó para promover la cooperación energética, la cual se pretendía enfocar en biocombustibles y transmisión energética.