Más de 70 mil personas participaron en el Carnaval de Río de Janeiro este domingo 19 de febrero.
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Adiós a la pandemia y a los años oscuros para la cultura bajo el mandato de Jair Bolsonaro: el Carnaval de Rio recuperó el domingo la alegría de vivir con un espectáculo en el Sambódromo rebosante de fantasía y desparpajo.
"Es una sensación de libertad y felicidad sin parangón, indescriptible", resumió Debora Soares, una modelo de 25 años de la favela de Cidade de Deus, mientras se tomaba 'selfies' con otras bailarinas subidas a una carroza verde durante el primer desfile de la noche.
En el célebre recinto carioca, unas 70 mil personas se entregaron en cuerpo y alma al vibrante ritmo de la samba y a la creatividad de las 'escolas', que durante meses confeccionan con ahínco miles de exóticos disfraces y decorados.
La de Grande Rio, 'escola' campeona de 2022, suscitó entusiasmo con una carroza sobre la que giraban sendos tiovivos gigantes, que parecieron devolver al público a su infancia.
Mocidade convirtió a sus figurantes en graciosas mazorcas de maiz y todas las 'escolas' contaron como es tradición con radiantes bailarinas que agitaban hasta el último músculo envueltas en plumas.
"Va a ser un carnaval inolvidable", previó Iaraci Santos, una enfermera de 64 años. "Desfilo desde los siete años, pero cada vez que entro en la avenida es como si fuera la primera. Me dan ganas de llorar", agregó.
Y es que los brasileños estuvieron este año más impacientes que nunca por celebrar su fiesta favorita después de que la pandemia del Covid-19 forzara la anulación de la edición de 2021 y restringiera la de 2022, celebrada excepcionalmente en abril.
Muchos también festejan el fin del mandato del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que recortó fondos para la cultura y menospreció el carnaval.
Las "escolas"
En total, 12 "escolas" desfilan entre domingo y lunes: cada una con varios miles de personas que recorren al unísono los 700 metros de la pasarela del Sambódromo, incluidos decenas de turistas que pagan varios cientos de dólares para formar parte del delirio carnavalesco.
Las agrupaciones disponen de entre 60 y 70 minutos para convencer al jurado de que su "enredo", el nudo temático que cada año eligen, es el mejor en cuanto a letra, percusión, trajes, carrozas y puesta en escena en general.
Si bien en los últimos años el espíritu de resistencia y denuncia del gobierno de Bolsonaro fue más o menos explícito, en esta edición las 'escolas' exaltaron sobre todo los orígenes africanos del carnaval brasileño y figuras de la samba.
"Todavía no al 100%"
La alcaldía de Rio estima que el carnaval atraerá en total a cinco millones de personas, incluido el callejero que volvió a celebrarse plenamente en los barrios de la ciudad por primera vez en tres años.
En términos económicos, esto supondrá 4.5 millones de reales (US$880 millones), con una ocupación hotelera prevista superior al 95%.
Sin embargo, vendedores ambulantes alrededor del Sambódromo aseguraron que la actividad no se había recuperado del todo.
"Diría que estamos en 75%" del nivel anterior a la pandemia. "No alcanzó todavía el 100%. Antes a esta hora esto estaba lleno de gente, y ahora ya ve, está parado", contó a la AFP Guilherme Leal, un vendedor de cerveza con 22 carnavales a su espalda.