A lo largo del tiempo, la misteriosa existencia del Monstruo del lago Ness ha cautivado a las personas, aunque se cree que solo es una leyenda popular.
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Escocia alberga en Loch Ness una famosa leyenda. Se trata de un misterioso monstruo que se asemeja a un dinosaurio que habita en las profundidades del lago y aunque han pasado muchos años, la historia sigue viva.
De tal modo, existen algunas teorías detrás de la popular leyenda y lo que la ciencia ha investigado hasta el momento.
De acuerdo con un equipo de científicos, la existencia del monstruo del lago Ness es "aceptable", después de excavar y encontrar huesos fosilizados de plesiosaurios (reptiles marinos de cuello largo de la época de los dinosaurios) en África.
Los plesiosaurios tienen un parecido al monstruo del lago Ness, aunque de momento se pensaba que eran seres de agua salada. Es por ello que el descubrimiento da mayor credibilidad a la teoría de que un plesiosaurio podría haber sobrevivido en el lago escocés.

Sin embargo, los fósiles desenterrados fueron encontrados en el desierto del Sáhara de Marruecos. Eso podría indicar que los reptiles también podrían vivir en agua dulce y no solo en agua salada.

Después del insólito hallazgo, los expertos británicos han comentado que la existencia de un monstruo del lago Ness es "aceptable".

Los plesiosaurios son reptiles marinos extintos. Estos dinosaurios acuáticos vivieron hace unos 230 millones de años y fueron comunes en el período Jurásico.

Durante las décadas de 1870 y 1880, se pudieron ver algunos avistamientos de algo misterioso que se encontraba en el lago. Sin embargo, en 1933, la leyenda del monstruo del lago comenzó a crecer y volverse popular.

En esta fotografía de 1954, se observa el castillo de Urquhart y, detrás, el monstruo nadando en el lago.

En 2019, los científicos aseguraban que el monstruo podría ser una anguila gigante.
Las investigaciones que se hicieron sobre el ADN presente en el lago Ness sugirieron una cantidad significativa de ADN de anguila, de acuerdo con información del profesor Neil Gemmell, genetista de la Universidad de Otago.
Sin embargo, no se encontró ninguna evidencia de un monstruo en el lago.
