Un enjambre de avispas obligó a detener, durante unos 5 minutos, un partido del campeonato brasileño entre el Sao Paulo y el Fortaleza, en el estadio Pacaembú.
En el minuto 25, el veterano Dani Alves, astro del Sao Paulo, se disponía a lanzar un tiro de esquina cuando pronto se alejó del lugar y, tomándose el cuello, dio a entender que algo lo había picado.
Y es que un enjambre de avispas se había instalado en el banderín del tiro de esquina.
Entonces el defensa del Fortaleza, Jackson, se acercó, se arrodilló y cubriéndose la cara con la camiseta para evitar ser picado, levantó el palo y lo lanzó fuera del terreno de juego.
Minutos después, el banderín, ya casi sin avispas, fue puesto de nuevo en su lugar habitual, por lo que el partido transcurrió con normalidad y terminó con la victoria paulista, 2-1.
Curiosamente, el Fortaleza vivió recientemente una situación parecida, cuando recibió en casa al Internacional de Porto Alegre, el 17 de agosto.
Un enjambre de abejas en uno de los banderines del estadio Castelao obligó a atrasar 19 minutos el inicio del encuentro, hasta que los bomberos lanzaron productos químicos para fumigar la zona.
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