Una de esas historias que actualmente no sucederían, por lo menos en las altas esferas del fútbol internacional, ha vuelto a ser motivo de comentarios.
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En 1989, la Selección de Argentina jugó el encuentro más insólito de su historia, con camisetas prestadas, sin portero, con jugadores invitados, y familiares y amigos en el banquillo de suplentes.
Esa Albiceleste no era cualquier cosa: era el equipo campeón del mundo, dirigido por Carlos Salvador Bilardo, el cual fue invitado a jugar a beneficio en Italia, contra la Selección Azzurra.
Pero las cosas no salieron como se habían planeado. El Inter de Milán no cedió a sus figuras: Zenga, Bergomi, Serena y Berti.
La Sampdoria tampoco dio a sus seleccionados: Vialli y Mancini. En definitiva, Italia se bajó del partido y se presentó el Ternana, un equipo de la cuarta categoría, reforzado por Tacconi, el arquero de la Juventus.
Sin embargo, Bilardo quería jugar el partido, así que llevó lo mejor que pudo: Maradona, Caniggia, Ruggeri y amigos invitados. Ante la ausencia de jugadores, Diego Armando Maradona hizo jugar al "Turco" y a "Lalo", sus hermanos, como si fueran parte de la Selección. Aunque sin la camiseta de la Selección, porque jugaron con unas camisolas azules que les habían prestado.
Además, el portero Nery Pumpido llegó a la cancha en el segundo tiempo y, como Argentina no tenía arquero suplente, tuvieron que turnarse en la portería, un rato Gustavo "Galgo" Dezotti, y otro poco, el delantero Jorge Burruchaga.
Al final, Argentina ganó 7 a 2.
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