Las mascotas no siempre han existido en los grandes eventos deportivos como los Mundiales y los Juegos Olímpicos. En el caso de estos últimos, el primero fue un perro salchicha, en Munich 1972. Era un dibujo sencillo, colorido y bonito sobre esta raza de perro típica de Alemania.
Cuatro años después, Amik el Castor representó a Montreal 1976, aunque su forma dejaba bastantes dudas. Totalmente negro, con una franja roja en medio y una cola, costaba entender por dónde comenzaba y terminaba este animal, especialmente si se trataba de un peluche.
La tradición continuó hasta que llegó Barcelona 1992, unos Juegos Olímpicos memorables por muchas razones, hasta por su mascota Cobi, un simpático perrito. Cobi pasó a ser un personaje famoso entre niños y hasta llegó a tener su propia caricatura. Al día de hoy, por las calles de Barcelona, se pueden comprar juguetes y figuras de él.
Para esta edición, en Rio, la mascota será Vinicius, llamado así en honor a uno de los grandes poetas del Bossa Nova. Vinicius no es nada y lo es todo, porque se trata de una mezcla de muchos animales típicos de los bosques brasileños. Este curioso personaje, al contrario de otros, también es bastante simpático y colorido.
No te pierdas en la galería todas las mascotas de los Juegos Olímpicos hasta ahora.
