El trastorno de ansiedad es una condición médica que ha existido desde la Antigua Grecia.
De ella se desprenden once desórdenes incluidos en el Manual de Estadísticas y Diagnóstico de Desórdenes Mentales, la "biblia" de los especialistas en Estados Unidos.
Los científicos no han logrado descifrar los misterios del cerebro ansioso para crear tratamientos certeros, pero trabajan en ello.
Entre los trastornos de ansiedad se encuentran el desorden de pánico, que genera ataques repentinos de terror, dolor de pecho y respiración acelerada; la ansiedad generalizada, caracterizada por la sensación de estar frente a un desastre iminente; y las fobias específicas (el miedo a volar, a las medicaciones o a los dentistas).
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Según la Escuela de Medicina de Harvard, una de cada tres personas mayores de 13 años sufre ansiedad a lo largo de su vida. En las mujeres, el 40 % se ve afectado.
Además, unos 40 millones de norteamericanos adultos son diagnosticados con desorden de ansiedad y los índices han crecido en los jóvenes en los últimos años.
La American College Health Association afirma que el 17 % de los universitarios fue tratado o recibió un diagnóstico por ansiedad en 2015 y casi el 14 % fue diagnosticado por depresión.
¿Qué la provoca?
Demasiada ansiedad, según los médicos, puede discapacitar a la persona y llevarla a la depresión, al abuso de sustancias o al suicidio.
Además, quienes padecen trastornos de este tipo ganan menos dinero y tienen menos posibilidad de unirse sentimentalmente a alguien (si lo hacen, se separan rápidamente).
Los traumas de infancia y la sobreprotección de los padres contribuyen a la ansiedad. También tener un pariente cercano con este padecimiento aumenta la posibilidad de desarrollarlo.
Expertos recomiendan la meditación y el yoga para controlar o minimizar los síntomas.
Tratamientos fuertes
Algunos tratamientos médicos incluyen la estimulación transcraneal magnética donde se coloca un dispositivo que genera un campo magnético sobre la cabeza, activando partes del cerebro que no rinden como deberían.
También está el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, compuestos usados como antidepresivos y psicotrópicos que han disparado sus ventas, pero el abuso de ellos puede provocar la muerte.
El analgésico llamado ketamina es una de las nuevas promesas del tratamiento efectivo contra la ansiedad. Algunos médicos empiezan a experimentar incluso con el MDMA (éxtasis) para combatir este mal, a la espera de lograr una mezcla ideal para que miles puedan llevar su rutina lo mejor posible.
*Con información de Infobae.